El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, conversa con representantes de Finlandia, Francia y Rumania ayer en Bruselas. :: OLIVIER HOSLET / EFE
MUNDO

Europa amplía las sanciones a empresas

Impone multas para una empresa de Crimea y otra de Sebastopol, a la vez de aumentar en otros 13 ucranianos y rusos la lista negra de 61 personas

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Los ministros de Exteriores de la Unión Europea acordaron ayer ampliar a otras 13 personas de nacionalidad rusa y ucraniana las prohibición de entrada en los veintiocho países de la UE, además se sufrir el embargo de sus bienes. La lista negra elaborada a raíz de los «anexión ilegal de Crimea y Sebastopol a Rusia» se eleva ya hasta los 61 ciudadanos, la gran mayoría altos dirigentes políticos y algún empresarios. La novedad de ayer es que Europa, por primer vez, decide ampliar el régimen sancionador a las empresas tras acordar modificar la base legal vigente, que solo permitía penalizar a firmas pertenecientes a las personas involucradas. En concreto, sancionaron a dos, una de Crimea y otra de Sebastopol, que fueron expropiadas tras el asedio prorruso. La identidad de las personas y el nombre de las compañías no se conocerá hasta el lunes, con su publicación en el Boletín Oficial de la UE.

El Consejo de Ministros de Exteriores volvió a demostrar ayer su nula predisposición a pasar a la peligrosa e imprevisible fase tres de la hoja de ruta que marca su relación con Putin tras los sucesos de Ucrania. Una decisión que en la práctica supondría una batalla comercial con Moscú que no interesa a ninguna de las dos partes.

De ahí que Europa insista en explorar la fase dos, la de las sanciones a título individual, limitándose a advertir, a amagar, pero sin dar. Ahora, el nuevo límite temporal impuesto al Kremlin son las elecciones presidenciales de Ucrania del 25 de mayo. Si Rusia no garantiza una jornada sin sobresaltos e incidentes, la UE podría verse obligada a actuar ante la fuerte presión que está recibiendo desde la Administración Obama.

Quizá quien mejor resumió el rol comunitario fue el titular español, José Manuel García-Margallo: «Se trata de hacer una política tradicional de palo y zanahoria. Decirle a Rusia que si sus gestos y sus políticas van en la buena dirección, estamos dispuestos a llegar a acuerdos y estrechar nuestras relaciones».

Tras asegurar que la «única posibilidad» que existe para se alcanzar una paz duradera en Ucrania pasa ineludiblemente por un acuerdo con Putin, anunció que España se ha comprometido a presentar a sus socios comunitarios una batería de propuestas de interrelación con Rusia para poder ofrecérselas siempre que apuesten por la vía del entendimiento. «Las sanciones no tienen un sentido punitivo, sino que busca incentivar a Moscú para que adopte otra política con Kiev», recalcó el canciller español.

Entre las medidas avanzadas, García-Maragallo habló de hacer compatible el Acuerdo de Asociación entre la UE y Ucrania con la Unión Aduanera Euroasiática que patrocina Moscú -lo que podría ser un primer paso para un acuerdo de libre comercio entre la UE y Rusia-; apoyar la pertenencia de Moscú a la OCDE, realizar operaciones militares conjuntas, y elaborar un plan de seguridad que tenga en cuenta los intereses y las necesidades de ambas partes.

Respecto a las consultas secesionistas realizadas el fin de semana en Donetsk y Lugansk, García-Margallo insistió en su «ilegalidad» -tras ser preguntado, volvió a trazar ciertos paralelismos con Cataluña- y condenó con rotundidad lo sucedido, como también hicieron sus colegas comunitarios. Los matices llegaron al ser cuestionados sobre las declaraciones de Putin «respetando» las votaciones. Mientras el ministro español dijo quedarse con las manifestaciones en las «no se reconoce la validez a las consultas», su homólogo británico, William Hague, alertó de que la postura rusa es «similar a la de Crimea». «Los votos en el certamen de Eurovisión fueron más creíbles y con más peso que los del domingo», ironizó.