Gibraltar 'on the rocks'
Una piedra del Peñón viajará al Reino Unido y se hará monumento para conmemorar el 350 aniversario de la Marina Real Británica
Actualizado: GuardarLos británicos ya eran dueños de Gibraltar, pero les faltaba un 'souvenir'. En breve lo tendrán. Un pedrusco de dos toneladas viajará al Reino Unido para conmemorar el 350 aniversario de la Marina Real Británica (Royal Marines), el cuerpo anfibio del ejército británico. Si los lazos entre las fuerza naval y la colonia eran estrechos, a partir de ahora serán uña y carne. Todo por mor de una piedra que, no siendo preciosa, es para algunos todo un paraíso (fiscal).
¿Para qué demonios quieren los ingleses un trozo de roca? Podrían usarla para empedrar el camino del Príncipe Carlos al trono, cosa que está tardando en llegar. Pero le darán un uso decorativo-castrense. El propósito es esculpir un monumento para realzar la fraternidad entre la Royal Marines y Gibraltar. Dos toneladas, aunque pesen lo suyo, son una birria para una escultura. El cincel de Chillida se hubiera merendado el peñasco en una tarde.
La pieza se erguirá en Woodbury Common, una zona frecuentada por los reclutas de la Marina Real y cerca de donde se entrenan los reclutas. Todavía no hay nombre para el monumento, aunque bien pudiera ser Gibraltar 'on the rocks', todo un trago para los españoles que reivindican la españolidad del Peñón y tienen que apechar con un combinado de cubitos de hormigón. El anglicismo puede inducir a error. En México, donde los camareros llaman al whisky con cubitos de hielo 'whisky en las piedras' -al menos así era hace unas décadas- la expresión origina malentendidos. Cuando Gila fue a México y se tostaba al sol en una playa de Acapulco, pidió al mesero del hotel que le trajera unas almendras y un whisky. «¿Lo quiere en las rocas?», le preguntó el camarero que servía en la playa del hotel. «No, aquí en la mesa», le dijo el cómico. Y así anduvieron enredados un buen rato.
Los Royal Marines británicos son gente temible. Aunque no llegan a la categoría de hombres de pelo en pecho. Los miembros de este cuerpo militar se han quitado la ropa para posar en un calendario y aparecen totalmente depilados. La revista gay que informa del acontecimiento dice que «están muy bien equipados». Los soldados no se despelotan por vicio ni por fornicio, sino por servicio a una buena causa. Los beneficios que se obtengan irán destinados a un fondo benéfico que ayuda a las familiares de los militares en apuros. Tras siglos de afrentas, solo faltaría que los miembros del cuerpo exhibieran el ídem ante el trozo de Peñón.