ESPAÑA

PP y PSOE inician casi empatados la campaña electoral del desencanto

Los populares aventajan en 2,7 puntos a los socialistas, según el CIS, pero ambos caen cerca de diez y sólo el 50% cree que votará

MADRID. Actualizado: Guardar
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Unas elecciones europeas no son como unas generales. Si cabía alguna duda, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha vuelto a ponerlo de manifiesto. Sólo dos días después de hacer público el barómetro de abril, en el que se otorga al PP una ventaja de más de cinco puntos sobre los socialistas, su encuesta sobre los comicios europeos del 25 de mayo habla de una lucha mucho más reñida entre los dos partidos mayoritarios. Y también de un profundo desencanto entre sus votantes. Si el sondeo no falla, ambos perderán en torno a siete y nueve puntos respecto a las elecciones de 2009. El PP obtendría un 33,7% de los votos frente al 31% del PSOE, y se dejaría por el camino entre tres y cuatro diputados. Puede optar a 20 o 21, por 18 o 19 del primer partido de la oposición, que perdería entre cuatro y cinco eurodiputados.

Los dos grandes beneficiados serán, si se cumplen las expectativas, Izquierda Unida y UPyD. Ambos están en condiciones de multiplicar de manera considerable los resultados que obtuvieron en 2009. La coalición de Cayo Lara podría pasar del 3,7% de los votos al 9,3%, lo que implicaría pasar de dos a cinco eurodiputados. Y el partido de Rosa Díez pasaría de uno a tres al subir del 2,85% al 5,3% de los votos. Ahora bien, la experiencia demuestra que en este tipo de encuestas tienen más valor las tendencias que los datos concretos. En 2009, el CIS pronosticó la victoria del PSOE y perdió casi por cuatro puntos.

Los dos principales partidos, pues, sólo pueden tener algo claro: todo está en un pañuelo y su éxito o su fracaso dependerá de lo que consigan movilizar en los quince días de campaña. Hace tiempo, de hecho, que los estrategas de una y otra fuerza llegaron a la conclusión de que no podían aspirar a cazar nuevos adeptos. Parece que estaban en lo cierto. Su objetivo es conseguir que los más fieles de entre los suyos no caigan en la tentación de quedarse en casa. Y ambos tienen trabajo por hacer. Sólo la mitad de sus votantes tiene claro que irá a votar con toda seguridad, un porcentaje inferior al del resto de los partidos a excepción de los de UPyD (45,7%), los más atribulados.

El caso es que hay mucho elector indeciso. Uno de cada cuatro votantes socialistas y una cifra sólo ligeramente menor de los del PP, el 18,3%, admite que no sabe aún qué hará dentro de 15 días. Y entre quienes dieron su apoyo a UPyD y IU, dos fuerzas que recibieron mucho voto del PSOE en 2011, los porcentajes son parejos. El 18,8% de quienes optaron por la coalición de izquierdas, no está seguro de cuál será su decisión, y casi tres de cada diez, 27,1%, de los que apostaron por Rosa Díez mantienen la incógnita. Eso abre una ligera ventana a la esperanza para los socialistas.

El primer partido de la oposición sueña con hacer de estas elecciones el inicio de la remontada, del mismo modo que las europeas de 2009 marcaron el principio de un descalabro que culminó en 2011 con la peor derrota de su historia. Le basta, a efectos morales, con obtener un escaño más que el PP.

Desconfianza

Sobre el papel, podría tener algo de margen para recuperar a una parte de aquellos que se le fueron decepcionados y a los que, no en vano, apela en sus intervenciones. Del 50% de encuestados que confiesa no haber decidido aún su voto, hay uno de cada cinco votantes del PP que dice dudar entre volver a confiar en esa formación o inclinarse por los socialistas; lo mismo ocurre con el 26% de los que votaron a IU y con el 15,6% de los que eligieron a UPyD. Es cierto del mismo modo que un 15% de quienes aseguran haber elegido a Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011 se debaten ahora entre PP y PSOE y una cifra idéntica duda entre el PSOE e IU.

El clima, además, no parece muy propicio para los vuelcos. Y no es que los españoles no consideren que lo que se decide en Europa es trascendental. Más de una tercera parte de los encuestados sostiene que afecta a sus vidas. En 2009, ya con la crisis económica iniciada, pero aún ajenos a los recortes que habrían de venir a instancias de las autoridades europeas, eso mismo lo decían dos de cada diez ciudadanos. Pero, pese a ese cambio de percepción, el 76,5% dice que está siguiendo con poco o ningún interés las noticias relacionadas con estas elecciones. Y una inmensa mayoría, el 67,1%, admite que a la hora de decidir su voto lo que más influirá en su decisión serán los temas relacionados con la situación política española.

Se huele el desencanto. Hay casi un 19% de encuestados que dice que no irá a votar en cualquier caso por desconfianza, porque «no sirve para nada», porque nadie le satisface o porque están hartos de la política, mayoritariamente.