Apuntes

Oxígeno a la espera de más noticias

El encargo de la Armada a Navantia para construir dos BAM es una inyección de ánimo pero, al mismo tiempo, es un contrato puente a la espera de que lleguen los acuerdos internacionales

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La Armada española ha vuelto a dar trabajo a los astilleros públicos después de ocho años sin encargar un barco. El presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, anunció ayer en Santiago de Compostela la construcción de dos Buques de Acción Marítima (BAM), que aportarán 30 meses de carga de trabajo para el astillero de Ferrol y el de San Fernando-Puerto Real. Los ajustes en el Ministerio de Defensa tras la subida del PP al poder en noviembre de 2011 obligaron a recortar el gasto militar. Uno de los principales damnificados con esta media fue, precisamente, Navantia, que vio como perdía de un plumazo a su mejor cliente. Además, la crisis mundial también redujo las inversiones en defensa, lo que obligó a los gobiernos internacionales a aparcar sus programas militares. Los astilleros quedaron en el dique seco. La factoría de Puerto Real, por ejemplo, lleva tres años paralizada y su futuro se ha cuestionado varias veces. El último barco que salió del dique de esta planta fue el patrullero venezolano 'Kariña', en abril de 2012. La situación era insostenible para Navantia y especialmente delicada para la industria auxiliar naval. El Gobierno de la nación ha decidido dividir el encargo y repartir la carga de trabajo. El contrato de la Armada supone oxígeno para la empresa española pero, al mismo tiempo, es el puente que necesitaba la compañía mientras llegan otros contratos internacionales y maduran los nacionales. Todo apunta a que en breve llegarán buenas noticias. Se esperan cuatro corbetas para Catar, el quinto gasero y las plataformas eólicas de Iberdrola.