El senador Rand Paul, posible candidato presidencial de los republicanos, llega a una gala de la revista Time, en Nueva York. :: M. T. / REUTERS
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Los conservadores de EE UU se deshacen del Tea Party para recuperar el Senado

La ultraderecha se hunde en las primarias de Carolina del Norte, un estado clave para las pretensiones electorales de los republicanos

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Pocas veces los intereses del partido de Barack Obama coinciden con los del Tea Party. El martes, ambos perdieron. La primera ronda de primarias en el Partido Republicano para determinar los candidatos del partido conservador que se presentarán a las elecciones legislativas de noviembre se celebraron en apenas tres Estados, pero uno de ellos, Carolina del Norte, se considera clave para que el partido de Ronald Reagan recupere el Senado, ahora en manos de los demócratas. Para ello los republicanos tenían que superar primero un escollo entre sus propias filas: el auge de la ultraderecha. Y lo hicieron.

En comparación al pastor baptista Mark Harris, el portavoz de la Asamblea Estatal, Thom Tillis, parecía un moderado, pero tan pronto como se alzó vencedor de las primarias y el homófobo pastor desapareció de la foto, el'Charlotte Observer advirtió en su editorial que si gana en noviembre pasará a formar parte de la ultraderecha del Senado. Bajo su batuta, la Cámara Baja del estado ha aprobado una ley que permite llevar armas hasta en los bares. Ha pasado algunas de las leyes más restrictivas del voto que existen en EE UU, en perjuicio de jóvenes y minorías, que engrosan la base demócrata. Su austero presupuesto tiene dos millones de dólares menos, a costa del aumento que le ha escatimado a los profesores y el medio millón de personas que perdieron su seguro médico de beneficencia.

Con todo, se considera que el estado que Obama ganase en 2008 pero perdiese frente a Mitt Romney en 2012 ha vuelto a caer en el conservadurismo y puede ser el que incline la balanza del Senado en manos republicanas. Por eso Tillis ha tenido el apoyo de todo el aparato del partido y de pesos pesados como Romney y Jeb Bush, además del dinero de Karl Rove a través de su plataforma American Crossroads.

Candidato presidencial

Su rival en noviembre será Kay Hagan, una senadora que llegó al poder con el auge de Obama y puede caer con su declive. Hagan atacó a Tillis durante la campaña en beneficio del pastor baptista, que a pesar de su ayuda y la del Tea Party no llegó al 18% de los votos. En su defensa, el pastor se dividió los votos de la ultraderecha con Gregg Brannon, un libertario que tuvo el apoyo del senador Rand Paul, al que muchos ven como futuro candidato presidencial del partido republicano.

Muchos conservadores que hubieran querido dar su apoyo a uno de estos dos candidatos decidieron contener sus pasiones en pro del pragmatismo. La consigna de «No a otro Akin», en referencia al candidato de ultraderecha de Missouri, al que se culpa de haber perdido la Cámara Alta en las pasadas elecciones tras sus polémicas declaraciones sobre «violaciones legítimas», hizo cambiar muchos votos. Y no solo en Carolina del Norte, sino también en Indiana y Ohio, donde se celebraron otras primarias menos significativas.

En ese último estado, Ohio, destacó la cómoda victoria del portavoz del Congreso, John Boehner, que desde que el grupo de extrema derecha irrumpiese en las urnas en 2010 ha flirteado con su agenda obstruccionista, para frustración de Obama. No parece probable que eso cambie de aquí a noviembre, pero tal vez Boehner y otros legisladores que se sienten amenazados por los órdagos del Tea Party se relajen un poco, ahora que creen poder recuperar la hegemonía del Congreso sin necesidad de ser aún más de derecha.