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Boko Haram mata a 300 personas en su ataque más sanguinario

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Los milicianos de Boko Haram han llevado a cabo la operación más sanguinaria dentro de su última escalada terrorista en el norte y centro de Nigeria. Una columna de camionetas y motocicletas, apoyada por tres vehículos blindados, irrumpió la noche del pasado lunes en la población de Gamboru-Ngala, situada en el extremo nororiental del país y fronteriza con Camerún, dando lugar a una masacre de grandes proporciones. El último balance de víctimas habla de entre 200 y 300 muertos, hombres, mujeres y niños, tiroteados, degollados o abrasados dentro de las casas.

Los asaltantes, que vestían ropas y distintivos militares, dispararon indiscriminadamente contra los residentes, que acudían a un mercado, y procedieron a quemar cientos de viviendas, tiendas y vehículos. Los testigos aseguran que la operación se prolongó durante doce horas y acabó con la destrucción de la comisaría local y la oficina de aduanas. Entre los fallecidos, se cuentan al menos dieciséis policías.

La localidad se halla en el estado de Borno, el más afectado por el terrorismo. El único precedente semejante tuvo lugar hace un año en la cercana Baga, una aldea de pescadores a orillas del Chad, si bien nunca se ha determinado quien provocó la muerte de sus 200 moradores, si fueron los islamistas o el Ejército, también acusado de perpetrar graves violaciones de los derechos humanos en su lucha contra los insurgentes.

La invasión de este poblado no sólo constituye el ataque más mortífero cometido en los últimos años, sino que demuestra la capacidad de la banda para burlar los controles del Ejército en una zona que permanece bajo el estado de emergencia desde hace doce meses. Al parecer, los yihadistas proporcionaron información falsa a las tropas para despejar sus objetivos. Así, el ataque tuvo lugar una hora después de que las fuerzas que protegían Gamboru-Ngala se trasladaran hacia la ribera del lago Chad, a unos 90 kilómetros al norte, en respuesta al avistamiento de varios guerrilleros que se desplazaban con algunas de las alumnas secuestradas a lo largo de las últimas semanas.

La utilización de carros de combate, cohetes y fusiles AK-47 también evidencia los grandes recursos bélicos de los insurrectos, capaces de simultanear ataques en puntos distantes e incluso atacar la capital. La matanza de Gamboru-Ngala es la mayor perpetrada contra una población civil por los extremistas desde los graves incidentes de 2009, cuando el movimiento perdió a Mohammed Yusuf, su fundador, e inició su lucha armada.