El PP intenta evitar que sus votantes se relajen ante la ventaja en las encuestas
Los populares recuerdan que todos los sondeos daban a Arenas una mayoría absoluta en las andaluzas de 2010, que al final no se produjo
Actualizado: GuardarLas encuestas publicadas por diversos medios de comunicación en las últimas semanas otorgan al PP una victoria en las elecciones europeas del 25 de mayo que oscila entre uno y cinco puntos de diferencia sobre el PSOE. Una buena noticia para los populares que, sin embargo, genera inquietud en la cúpula de la formación que preside Mariano Rajoy.
La dirección del partido quiere evitar a toda costa que se produzca un nuevo revés como el que sufrió Javier Arenas en las elecciones autónomicas andaluzas de 2012. «Hasta los sondeos a pie de urna nos daban la mayoría absoluta», recuerda un miembro del comité ejecutivo del PP. Al final, Arenas, pese a sacar el mejor resultado de los populares en esa comunidad, se quedó a cinco escaños de poder gobernar porque PSOE e IU forjaron una alianza que les permitió controlar la Junta de Andalucía.
Durante los meses y semanas previas a aquella cita electoral, en las que el presidente del Gobierno retrasó algunas de sus medidas de ajuste y reformas más controvertidas, todas las encuestas sin excepción concedían a los populares andaluces una holgada mayoría absoluta. «Esto provocó que, en cierta medida, muchos que iban a votar a Arenas dejaran de acudir a las urnas porque pensaron que, con o sin su voto, el PP arrasaría en Andalucía», recuerda esta misma fuente.
Miguel Arias Cañete, cabeza de cartel del PP para el 25 de mayo, no necesita ninguna mayoría absoluta. Le basta un voto más que el PSOE para proclamarse ganador. Los responsables de la campaña electoral de los populares opinan que con movilizar a los simpatizantes más fieles el PP triunfará ante las dudas que, en su opinión, sigue generando la formación que lidera Alfredo Pérez Rubalcaba entre el electorado socialista.
Una movilización a la que llevan semanas apelando Rajoy, María Dolores de Cospedal y, tras su designación, el propio Cañete. El candidato repite en todos los actos de precampaña en los que participa una coletilla para incidir en este aspecto crucial en la estrategia popular. «Nuestro rival no es (Elena) Valenciano, sino la abstención», transmite con machaconería. En realidad se trata de uno de los ejes sobre los que se sustenta toda la estrategia popular. Rajoy quiso desde el principio que esta nueva carrera electoral fuera más un sprint que una prueba de fondo y por ello retrasó hasta el máximo hacer pública una decisión que había tomado incluso antes del portazo que dio a principios de febrero el anterior número de los populares en Europa, Jaime Mayor Oreja.
Barones en sus feudos
En estos 20 días que quedan hasta la cita con las urnas, el partido se volcará como si lo que se dirimiera en vez de unas europeas fueran unas eleciones generales o unas autonómicas. El coordinador de campaña y vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, avanzó que habían tocado a rebato para que el mayor número de cargos nacionales y regionales de su partido estuvieran presentes en el mayor número de localidades. De hecho, los barones populares harán muy pocas salidas fuera de sus dominios. Tan sólo Cospedal, que además de volcarse en Castilla-La Mancha, abandonará la comunidad que preside para acudir a un puñado de actos en Andalucía, Valencia y Cataluña.
En todos los encuentros sectoriales y mítines que han celebrado los populares, y en los numerosos que restan antes la jornada de reflexión del 24 de mayo, los oradores se han centrado en provocar la reacción de su parroquia más incondicional, a la que más le duele las victorias socialistas, con advertencias de tinte apocalíptico. «O gana el PP o España vuelve a lo peor de la crisis», reiteran a modo de letanía los dirigentes populares.
Esteban González Pons, número dos de la candidatura, opta por una fórmula menos agresiva, pero que en el fondo quiere transmitir lo mismo. «Necesitamos que todos aquellos que nos votaron en 2011 -recalcó en su última intervención- vuelvan a votar al PP en estas elecciones porque el trabajo no está hecho pero se está acabando y sería una pena que nos quedásemos a la mitad».
La incógnita radica en que si apelar a la herencia recibida de manos de los socialistas tendrá el mismo efecto en mayo de 2014 que en diciembre de 2011, fecha en la que Mariano Rajoy sustituyó al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Los sociólogos que asesoran a Rajoy tienen claro que ni el aborto ni cualquier otro tema que no sea la economía será una rémora para el PP en las elecciones de dentro de tres semanas.