Escalada de tensión entre CiU y Esquerra
Duran eleva el tono y advierte a Junqueras de que su partido llevará el peso del proceso hacia la consulta tras las europeas
BARCELONA. Actualizado: GuardarEl presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, y el número dos de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, mantienen una relación muy tensa desde el inicio de la legislatura catalana hace año y medio. Son socios, ERC apoya al Gobierno de Artur Mas, pero discrepan en público tanto en política social como en la estrategia a seguir hacia la consulta, y se disputan además el papel de quién es el principal escudero del presidente de la Generalitat.
Aunque tanto Esquerra como CiU consideran que las elecciones europeas serán claves para su plan independentista, si las fuerzas soberanistas salen reforzadas, ni Duran ni Junqueras han enterrado el hacha de guerra de sus rencillas y su escalada verbal podría poner en serios aprietos el proceso. Y es que, como insisten sus impulsores, el proyecto soberanista estará muerto el día que se rompa la unidad del frente a favor de la consulta que ahora forman CiU, ERC, ICV y CUP. Ambos dirigentes no hacen mucho por estrechar esta cohesión y en las últimas fechas han vuelto a protagonizar el enésimo rifirrafe. Abrió fuego el dirigente republicano, que el jueves cargó contra la tercera vía que defiende Duran y que inquieta a los independentistas porque temen un pacto rebajado con el Estado que, a su juicio, va «contra la voluntad de los catalanes».
«Se equivoca», replicó ayer el líder de Unió, quien recordó que Esquerra dejó sin un euro la caja de las finanzas catalanas y advirtió de que después de las europeas el «peso de resolver» las demandas catalanas «recaerá sobre CiU y no sobre ERC». En la polémica entre ambos hay mucho de electoralismo porque las fuerzas están muy igualadas y se juegan la primacía política catalana. Las encuestas hablan de un empate técnico e incluso de la posibilidad de un 'sorpasso' de Esquerra. Sin embargo, la tensión va mucho más allá. Duran lanzó un aviso a navegantes y recordó que pase lo que pase el 25 de mayo, Mas no aceptará injerencias externas.
Algunos sectores del soberanismo ya han pedido al presidente de la Generalitat un cambio de timón si Esquerra se impone en las europeas. Pero que nadie espere, deslizó Duran, que Mas vaya a plegarse a la presión que ERC y la Asamblea Nacional Catalana le someterán para que celebre la consulta, aun con la prohibición del Constitucional, o adelante las elecciones autonómicas. Las tensiones de estos últimos meses, en cualquier caso, serán un juego de niños comparadas con las que se producirán cuando Artur Mas decida convocar elecciones y CiU y Esquerra tengan que pactar qué se refrenda en esos comicios plebiscitarios.