violencia de género»
Viene de un juzgado específico y compatibiliza su puesto con la jefatura de la Unidad de Coordinación Territorial de Andalucía
Actualizado: GuardarÁngeles Carmona (Sevilla, 1965) ocupa desde hace un par de meses la presidencia del Observatorio de la Violencia de Género, en su calidad de vocal del Consejo General del Poder Judicial. Tiene en sus manos un instrumento importante para luchar contra un mal que ya ha causado 22 muertes en este año en España, la tasa más alta desde 2009, y contra el que aún queda mucho por hacer para erradicar.
-Acaba de llegar al cargo. ¿Con qué se ha encontrado, qué panorama general ha visto?
-En el Observatorio se ha estado haciendo un trabajo muy importante. Queremos continuarlo y dar más pasos aún.
-¿En qué dirección?
-Tenemos un gran reto en la especialización de los juzgados de lo Penal. Todavía hay muchas provincias que no cuentan con ellos y eso es muy importante, no solo por la sensibilidad del juez y de todas las personas que integran el órgano judicial, sino también porque la coordinación con el resto de instituciones es mucho más fácil cuando hay un juzgado de referencia. Estos son los que dictan la mayoría de las sentencias sobre violencia de género. La especialización es muy importante y la formación también.
-¿Aún no hay suficiente formación?
-Hay que insistir a todos los niveles, desde el CGPJ a los abogados y letrados del turno especializado de violencia de género, porque el asesoramiento de la víctima es esencial, desde el primer momento, desde que decide denunciar, tanto en sede policial como en juzgado. Insistiremos en los cursos de formación a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que hacen una labor esencial, importantísima. Estamos colaborando mucho con ellos para que todos los agentes que asistan a las víctimas estén especializados, también de la Policía Local. Es muy importante que la mujer se sienta acompañada de un especialista.
-El problema de la violencia contra las mujeres no para de cambiar. Ahora se abre un nuevo y dramático frente, la violencia sobre menores. ¿Qué suponen en este sentido las últimas medidas aprobadas por el Gobierno?
-Se trata de dos anteproyectos, de ley orgánica y de ley de protección a la infancia. Es muy importante visibilizar al menor como víctima de violencia de género. No violencia doméstica, sino de género. Visibilizar lo que sufre un niño simplemente siendo testigo es importantísimo. Los niños suelen imitar lo que viene de su entorno. Que el juez tenga que pronunciarse necesariamente sobre qué medidas va a adoptar sobre ese menor es un gran paso adelante. Hasta ahora las medidas civiles estaban en manos de las partes, tenía que solicitarlas la propia víctima o el ministerio fiscal.
-¿Puede ser contraproducente para una mujer que se decide a denunciar por no dejar a sus hijos solos con el padre?
-Desde el punto de vista del interés del menor es importante que su protección esté de relieve. Yo, que he tenido mucha experiencia en juzgados de violencia contra las mujeres, sé que hay muchas que no se atreven a denunciar porque quieren proteger a sus hijos, porque piensan que sus hijos van a tener un régimen de visitas con el padre y no van a poder protegerlos. Muchas veces me han dicho que quieren renunciar a las acciones civiles y penales porque son ellas las que quieren recibir los golpes, no sus hijos.
-¿Qué se prevé para el régimen de visitas? El asesinato de un bebé que se acaba de producir en Madrid es espeluznante.
-En cualquier medida de protección del menor, privación de la patria potestad, custodia, régimen de visitas, etc., el propio juez tiene que pronunciarse sobre si es bueno o no para el menor. O establecer una medida transitoria, de modo que mientras el niño se va acostumbrando a la separación tenga un seguimiento por personal especializado, psicológico, tanto para ver cómo lo afronta como para seguir el régimen de visitas con su padre.
-El último informe del Observatorio resaltaba el incremento de la violencia de género entre jóvenes, con numerosos casos de chicos, incluso adolescentes, enjuiciados. ¿Qué está pasando?
-Es muy alarmante. Los datos proceden también de los juzgados de menores, o sea agresor y víctimas menores, hay muchos casos de parejas jóvenes de más de 18 años que se ven en los de violencia sobre la mujer. Hay una serie de conductas y arquetipos machistas muy metidos en las relaciones de pareja y en los adolescentes, y estamos dando pasos atrás. Se comparten las claves de Internet como prueba de amor, no se es consciente del riesgo que existe en ciberacoso, se suben imágenes de contenido sexual a Internet, hay mucho control del adolescente sobre su pareja a través de las redes sociales. Eso puede crear un tremendo perjuicio psicológico. En los juzgados vemos muchas niñas víctimas de ciberacoso u hostigamiento a través de las redes sociales.
-¿Qué actuaciones propone?
-Tenemos mucho que hacer con los medios de comunicación. Hay algunas series de televisión orientadas hacia adolescentes que deberían evitar cualquier tipo de arquetipo de conducta machista, que sigue existiendo. Ese modelo de chico fuerte, activo, y chica débil, que da importancia a la belleza, a lo exterior... La educación es fundamental desde todos los puntos de vista, el colegio, la familia y los medios de comunicación. Hay que sensibilizar y difundir lo que es una relación en que los conflictos se solucionan de manera pacífica, qué es una pareja en igualdad, en la que no existe un rol estereotipado de hombre y de mujer.
-¿Qué hacer para que aumenten las denuncias de mujeres, que siguen descendiendo?
-Lo que más nos preocupa es la renuncia a los procedimientos, cuando la mujer se acoge a su derecho a no declarar por la relación que le une con el agresor, o cuando desiste de la acción penal y renuncia a la orden de protección, a la medida cautelar o al procedimiento. Esto está aumentando mucho en España. Quizá este año ha bajado en un 2,1 y el anterior y un 4,2. Sigue la tendencia a la baja, pero más ralentizada. Otro tanto sucede con las denuncias, siguen bajando bastante.
-¿Qué puede servir para evitarlo?
-El acompañamiento de la mujer a lo largo del procedimiento judicial es esencial, por eso la especialización es tan importante. Desde el momento que una mujer o cualquiera de su entorno decide poner una denuncia, esa mujer tiene que estar siempre apoyada y acompañada, tanto por las instituciones como por familiares y allegados. Si desde el primer momento la mujer tiene a su disposición una unidad de valoración forense de violencia de género, que está formada por médicos, psicólogos, trabajadores sociales especializados, incluso oficinas de atención a la víctima, es fundamental. No podemos dejar pueblos no asistidos por juzgados y que la mujer no se sienta apoyada y tenga que renunciar.
-Una de las últimas medidas aprobadas desde la Junta de Andalucía ha sido la coordinación de todos los efectivos y medios para luchar juntos. ¿Se hace? ¿Se coordinan administraciones de distinto signo y nivel?
-Por supuesto que sí. Es fundamental coordinar. El Observatorio está formado por 14 instituciones, ministerios de Justicia, de Igualdad, de Interior, que se ha sumado ahora, todas las comunidades autónomas, la Fiscalía General del Estado y el Consejo General de la Abogacía.
-Su cargo en Sevilla consiste precisamente en eso.
-En efecto, coordinar todas las instituciones y hacer un seguimiento específico de cuáles son las mujeres que tienen los riesgos más altos. Tratamos de tejer redes para que no se nos escape por ningún lado la protección de la mujer. En Andalucía estamos dando muchos pasos adelante. Vamos a ser pioneros en hacer una interconexión informática entre el punto de información de la zona de protección y el sistema 'Viogen', de seguimiento de la Guardia Civil y la Policía Nacional en materia de violencia. Se trata de una de las medidas de la Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia de Género. Llevamos muchísimos meses trabajando en esto con la comunidad autónoma andaluza y estamos a punto de conseguirlo.
-El informe del Consejo de Europa sobre violencia daba datos muy fuertes. Un tercio de mujeres europeas sufren violencia. Las españolas denuncian menos, pero las nórdicas la padecen más. ¿Es posible que según se avanza hacia la igualdad la violencia crezca?
-Tenemos que seguir avanzado en igualdad, como sea. En esa encuesta, que incluyó a todas las mujeres, no sólo a las que denuncian, hay un dato positivo, que el 86% conocen el 016. La información es importantísima. ¿Cómo interpretar que suben las denuncias, que hay más violencia de género o es que las mujeres se atreven más a denunciar? Lo que está claro es que sigue habiendo violencia de género. Hay un dato evidente, que de las 53 mujeres que fallecieron el año pasado sólo once habían denunciado. El resto sufre la violencia de género, porque el asesinato es el fin último del maltrato habitual, lo que quiere decir por una regla de tres que hay un porcentaje enorme de mujeres que no denuncia nunca.
-Pese a todos los medios, leyes, órganos específicos, pese a los crímenes, la conciencia de la gravedad de la violencia de género sigue sin calar. No está entre las preocupaciones de los españoles, según el CIS, y eso que hay ya más víctimas casi que en accidentes de tráfico.
-Tiene toda la razón. Aquí de lo que se trata es de erradicar la conciencia machista de la sociedad, porque el machismo es la causa de la violencia de género. La dominación del hombre, la subyugación de la mujer. Hay que cambiar la conciencia social. Es algo complicado. Estamos dando pasos adelante, hace relativamente poco que hemos empezado a votar, y menos que podemos abrir una cuenta corriente sin permiso del marido o del padre. Algo que lleva estructuralmente dentro de la sociedad tantísimos años cuesta trabajo sacarlo. Lo que tenemos que hacer es seguir insistiendo y no cejar nunca, no desanimarnos por datos estadísticos. Detrás de cada uno hay muchas mujeres y niños sufriendo.
-¿Cómo influyen los recortes presupuestarios en las políticas contra la violencia de género?
-No en el ámbito asistencial de la víctima. En 2013 subió en Andalucía el número de mujeres perceptoras de la RAI, la Renta Activa de Inserción, que es esencial para que la mujer pueda salir del círculo de la violencia. No se puede escatimar ahí. En muchas situaciones, sobre todo en épocas de crisis, la mujer no tiene nada en lo que apoyarse para poder salir adelante, ella y sus hijos. Los recortes no han afectado al apoyo económico y asistencial, ha sido en otras cuestiones tangenciales. La mujer debe saber que siempre va a estar asistida. Siempre va a haber instituciones, desde las Fuerzas de Seguridad hasta las demás, dispuestas a ayudarlas.