Rajoy no llama a Aznar para solucionar la crisis, pero Cañete logra un gesto de «amigos»

Las relaciones entre Mariano Rajoy y José María Aznar siguen en tierra de nadie. El presidente del Gobierno se ha mantenido al margen de la polémica suscitada por la ausencia de su antecesor en los actos de la campaña de las elecciones europeas. Rajoy ni siquiera ha levantado el teléfono para intentar solucionar el entuerto. Ha sido Miguel Arias Cañete el que ha cerrado un acuerdo de mínimos para evitar la imagen de ruptura entre la actual dirección nacional de los populares y el presidente de honor del partido. Aznar ya desveló durante una entrevista en mayo de 2013 que apenas si había hablado en un par de ocasiones con Rajoy desde que llegó a la Moncloa en diciembre de 2011. Un distanciamiento que se ha acrecentado en los últimos meses. Aznar dejó plantada a la cúpula popular el pasado febrero al declinar participar en la convención nacional de Valladolid, un cónclave al que sí fue invitado en tiempo y forma.

Cañete, apelando a la amistad que les une desde hace más de una década, convenció ayer, tras una larga conversación telefónica, al expresidente del Gobierno para que al menos acepte presentarle en el almuerzo-coloquio del Foro ABC-Deloitte, que se celebrará el 8 de mayo en Madrid, es decir horas antes de que comience de manera oficial la campaña. Según fuentes del entorno de Aznar, se trata de un gesto entre amigos que no varía sus planes de viaje, lo que le tendrá fuera de España los 15 días previos al 25 de mayo.

Fue el propio expresidente del gobierno quien telefoneó al aspirante popular para incidir en que su deseo hubiera sido arroparle en público, pero que el ofrecimiento del PP para participar en su mítines había llegado tarde y su agenda para entonces estaba cerrada. El exministro no se dio por vencido y ofreció a su interlocutor varias fechas para facilitar al máximo las cosas y lograr su presencia en la campaña. Al final, lograron una solución intermedia.

Aznar podrá hablar sobre el que fuera su ministro también de Agricultura, lo nombró titular de la cartera en 2000, pero no lo hará en un mitin del PP, un aspecto que resaltaron fuentes del entorno del expresidente. Para poder estar en Madrid el próximo jueves, el máximo responsable de FAES adelantará su regreso de los Estados Unidos, donde ofrecerá varias conferencias.

Incomodidad

Precisamente, Aznar sorprendió a los militantes del PP en el foro que organizó el pasado lunes ABC-Deloitte, con Ana Botella como protagonista. Antes del almuerzo-coloquio, el histórico referente popular aseguró que no había recibido llamada alguna del PP para participar en sus actos de campaña. Un encontronazo que, unido a las fisuras que se han producido en el ala más conservadora del PP y que provocaron la aparición de partidos como Vox, podría añadir más crispación entre los más fieles de la formación popular. Un colectivo que, según el propio Rajoy, hay que movilizar porque será claves para lograr la victoria el 25 de mayo.

Esta polémica incomoda y mucho al partido y al Gobierno. Varios ministros, sin querer echar más leña al fuego, negaron que se hubiera hecho un feo a Aznar. «Yo misma aún no sé cuándo ni dónde tendré mítines», comentaba una ministra del Ejecutivo este martes en el Congreso. Una de las personas señaladas por esta controversia es Carlos Floriano, vicesecretario de Organización del PP y coordinador de campaña. Floriano, antes de que trascendiera la componenda lograda por Cañete, negó que fuera necesario hacer algún tipo de autocrítica a la dirección de la campaña. También eludió confirmar si realmente el PP quería o no que Aznar compartiese atril con Rajoy.

Para el director de la campaña, todo este asunto se resume en un «problema de agenda» sin dobleces políticas. Confesó que solo el lunes por la tarde, horas después de la queja pública de Aznar, se puso en contacto con el secretario general de FAES, Javier Zarzalejos. El número tres del PP no quiso desvelar si recibió algún tipo de respuesta.