Susana Díaz, al PP: «Algo me dice que pronto van a dejar de ser el partido más votado»
PSOE y PP adelantan en el Parlamento con una bronca sobre las parejas de sus líderes la dureza con la que se medirán en las europeas
Actualizado: GuardarCasi siempre en los días previos a una campaña electoral la tensión sube en el Parlamento andaluz. Nunca antes la temperatura había alcanzado los grados de ayer en unas europeas. PP y PSOE pusieron el ventilador para acusarse mutuamente de corrupción sin cortapisas e incluso salpicando el barro a las exparejas y parejas de los dos máximos líderes, Juan Manuel Moreno y Susana Díaz. La sesión de control sirvió de precalentamiento a la dureza con la que los dos partidos afrontan las elecciones. Como munición emplearon el presunto fraude en los cursos de formación y la polémica de la corrala por la que PSOE e IU casi estuvieron a punto de romper el pacto.
Socialistas y populares se disputan la hegemonía en Andalucía en estos comicios. Para el PSOE es su objetivo principal volver a ser la primera fuerza política después de tres comicios perdiendo frente al PP. «Algo me dice que pronto van a dejar de ser el partido más votado», expresó Susana Díaz dirigiéndose al PP en la sesión de control. Un deseo que explica la bronca descomunal entre los dos partidos.
El portavoz del PP, Carlos Rojas, que como todos en la sesión de control lee la intervención, tenía escrito hacer sangre con ambos asuntos en la pregunta a Susana Díaz, pero el portavoz del PSOE, Mario Jiménez, se le adelantó. En una intervención durísima muy aplaudida por la bancada del PSOE, Jiménez advirtió al PP de que la «campaña de difamación» contra la presidenta y «el incendio» que ha puesto en marcha con los cursos de formación «le puede acabar quemando». «Ustedes tiene la lengua de hierro, pero el tímpano de cristal».
A continuación acusó a Moreno Bonilla de preparar con la cúpula de Ministerio del Interior una rueda de prensa en la que difundir «infundios» sobre los cursos el mismo día que estalló el caso. La crispación fue subiendo de tono cuando Jiménez aludió al «tal Moreno» aduciendo que «colocó» a una novia en el Ayuntamiento de Málaga con fondos de formación cuando era diputado por Cantabria, aunque sin más datos que un recorte de prensa.
Ambiente caldeado
El ambiente estaba tan caldeado que incluso el presidente de la Cámara, el socialista Manuel Gracia, tuvo que pedir disculpas al diputado del PP Antonio Sanz, después de recriminarle por hablar y aparecer poco por el Parlamento, olvidándose que es senador por Andalucía.
Rojas echó más leña al fuego al preguntar a la presidenta por el curso de formación que su marido realizó en la Fundación Andaluza Fondos de Formación y Empleo (FAFFE), dependiente de la Junta, en 2010, cuando ella era secretaria de Organización del PSOE. Un comentario también sin datos que hizo estallar en aplausos a la bancada popular.
Rojas no escatimó metralla. Dijo que la Junta «es un nido de corrupción» y recordó que hay una veintena de excargos del PSOE imputados por los ERE en su segunda intervención, después de que Susana Díaz le cuestionara sobre los «sobresueldos» o «sobrecitos» que algunos diputados del PP sentados en los escaños frente a ella hayan cobrado, lo que Rojas negó con vehemencia.
La presidenta, no obstante, pareció querer reprimir la tentación de tirarse al barro y lamentó que el PP utilice a la familia «como munición electoral». «Es un monumento a la insolvencia, falta de rigor e inconsistencia», aseveró.
Díaz también defendió la estabilidad del Gobierno después de que Rojas le restara autoridad por haber cedido con IU en el asunto de los okupas. «Intentó sacar pecho y le pusieron de rodillas», espetó. «Presido, gobierno y decido», le respondió la presidenta.
El portavoz de IU, José Antonio Castro, se mantuvo ajeno a la bronca y centrósu intervención en las europeas, sí, pero en los beneficios y perjuicios para Andalucía de sus políticas económicas. Advirtió contra el tratado de libre comercio entre EE UU y la UE, sobre el que IU presentará una propuesta para votar en su contra.