Tanto Delphi, tanta formación
Actualizado: GuardarHay algo que no me gusta de lo del supuesto fraude de los cursos de formación de la Junta de Andalucía: la respuesta de Luciano Alonso. En vez de decir vamos a estudiar los expedientes y si hay algún mangante nos lo cepillamos, critica la filtración a la prensa del esquilme. Podría aprender, aún a su edad, de Susana Díaz, que está ayuntando tropas para llevar la guerra al territorio de la corruptela. El consejero de educación, o de formación, o de lo que sea, cargó contra el filtrador de las denuncias policiales, que dice es el PP, claro. Le ha dado coraje, al hombre. Y lo entiendo.
(El problema) «es la formación, estúpido». Delphi no sería exDelphi, sin la formación. Se ha tornado en contra del PSOE que la potenció, tantos millones, tantos cursos, tantos votos, después. Cuando las instituciones públicas ejercen el rescate de entidades privadas pasan estas cuitas. Pero Delphi era un saco de votos y sus y-pico-mil operarios disfrutaban de cursos, remunerados o no, de formación, cuando lo único que necesitaban era un currelo. Punto. O sea: mil euros al mes. Lo que cobra Alonso, vamos (el consejero, no el piloto). Cursos mil y para mí no tengo, pero los vendo. Lo público se mete en la gestión de lo privado y luego vienen los problemas, incluso comparativos. Los parados de Delphi tienen derecho a que se le provea la solución que en su día se firmó, tenga dinero López Gil o no.
El otro día estaban mis amigos periodistas, la Pacheco y el Pérez, esperando a Maíllo y Couso en Cádiz y los formados reventaron la mesa redonda. Y en Chiclana, donde estaba el triunvirato socialista, los formados llegaron, fueron requeridos de documentación por la benemérita y vencieron (veni, dni, vinci): Irene llamó a Susana y le dijo que ni aparezcas. No había legionarios, cabras ni Alayas pero la presidenta dio la vuelta en el peaje no sin advertir a los exdelphi que no «por manifestarse con más fuerza y utilizando la violencia van a tener más derechos». Secundando a la jefa, Irene García añadió que no se van a sentar (los socialistas) «con personas que ejercen la violencia». Vamos, como Zapatero hizo con ETA, que al parecer no ejercía la violencia. Años atrás, recuerdo apoyos denunciando la falta de empatía «de los otros», que negaban el diálogo. Corolario: como se pruebe la existencia de fraudes en los cursos de formación de Delphi esto va a ser Vietnam. Y Ana Mestre será Rambo.