CÁDIZ

Los testigos hablan del «estado de 'shock'» del presunto autor del crimen de Raquel Barrera

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los agentes de la Policía Local de Jerez que el pasado día 6 hallaron el cuerpo sin vida de Raquel Barrera en su domicilio prestaron declaración ayer ante el juez del Juzgado de Violencia de Género para que describieran cómo vieron al marido de la víctima y presunto homicida. Estos testigos describen a J.A.C. «totalmente ido» y «en estado de shock».

Según han indicado a Europa Press fuentes del caso, en la práctica de las primeras pruebas testificales, los agentes han explicado a las partes que fueron dos las patrullas del 092 que se desplazaron al lugar de los hechos, tras recibir una llamada telefónica del acusado, al que vieron «lleno de sangre, con cortes en el cuello, barriga y muñeca» al intentar suicidarse tras lo ocurrido.

Una vez allí, encontraron el cuerpo sin vida de su esposa en la cocina «en un charco de sangre» junto al supuesto arma homicida. Comprobaron entonces que había fallecido e inmovilizaron al acusado, llamando a continuación a una ambulancia para trasladarlo al hospital para asistirle por las autolesiones practicadas.

Este miércoles están citados dos agentes de la Policía Nacional que se trasladaron posteriormente hasta el domicilio del matrimonio, mientras que para la próxima semana está previsto que declaren dos parejas que cenaron fuera con la fallecida y su marido la noche de los hechos, así como los médicos que asistieron al imputado en el hospital. Además se busca al taxista que llevó a casa a la pareja.

Raquel Barrera, de 42 años, es la última víctima de violencia machista que se ha registrado en la provincia. En lo que van de año, tres mujeres y una niña han fallecido a consecuencia de esta lacra social.

Otro juicio en la Audiencia

Por otro lado, la Audiencia Provincial de Cádiz tiene previsto juzgar hoy a un hombre acusado del intento de homicidio de su pareja en 2012 en Sanlúcar; localidad en la que la víctima trabajaba y a la que desplazó el acusado con la intención, presuntamente, de acabar con su vida.

Según el escrito de calificación fiscal, procesado y víctima mantenían una relación sentimental, tenían tres hijos en común y convivían en Chipiona. El 4 de octubre de 2012, el acusado se dirigió en bicicleta hasta el bar en el que trabajaba ésta desde hacía unos días en Sanlúcar, provisto de un cuchillo de plástico, otro con mango de plástico y hoja metálica y un objeto punzante de «cierta envergadura».

Al verlo llegar al bar, la mujer salió a la calle «en previsión de que hubiera algún incidente violento», apartándose ambos a una distancia de entre 15 y 20 metros del local. Al parecer, el agresor le pidió que se fueran a la playa y ella se negó, reclamándole luego un beso y más tarde 40 euros, a lo que también se negó.

Según el relato del fiscal, el hombre insistía y estuvieron discutiendo unos minutos, hasta que él se acercó a la bicicleta, cogió el cuchillo de plástico y se lo mostró a la víctima diciendo que «con eso la iba a matar».

La mujer, pensando que se trataba de «una broma», le dio un «leve empujón» pero el procesado acabó por darle «de forma violenta» con un objeto punzante dos golpes, uno de ellos en el tórax y otro en la zona abdominal.

El agresor huyó y ocho días más tarde se personó en las dependencias de la Guardia Civil de Chipiona, donde fue detenido. El acusado se encuentra en situación de prisión provisional desde esa fecha. Considera el Ministerio Fiscal que cometió un delito de homicidio en grado de tentativa; por lo que solicita nueve años de prisión y la prohibición de que se acerque a la víctima durante 12 años.