Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana detienen a un joven durante una manifestación contra el Gobierno. :: MIGUEL GUTIÉRREZ / EFE
MUNDO

La subida de precio del combustible acorrala a Maduro

La crisis económica obliga al Gobierno venezolano a lidiar con el inminente incremento de la gasolina, un asunto tabú en el país petrolero

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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A los venezolanos les queda un suspiro para seguir disfrutando de una gasolina casi regalada, de tanques llenos que valen menos que la propina, un chocolatina o una botella de agua. Los precios del combustible se han mantenido iguales desde hace 16 años gracias a un subsidio del 90% del coste, lo que representa un gasto de unos 12 millones de euros anuales. La crisis obliga a Maduro a lidiar con la próxima subida de precios, un tema tabú en el país petrolero. Ni el fallecido Hugo Chávez se atrevió a tomar esa medida tan impopular como la que desató el 'caracazo'.

Las cuentas no cuadran. El presidente anticipó ayer que ajustará «sin apuros» los precios de la gasolina y el diésel. Además, dice estar preparando una reforma fiscal. Al analizar que la brecha entre el coste de producción de un litro es 27 veces menor que el valor de venta al público, se vuelve a discutir sobre el importe de las naftas.

Ser uno de los principales productores de crudo y tener la primera reserva probada de gas del mundo (300 mil millones de barriles) permite que Venezuela tenga «la gasolina más barata del mundo. Somos el último país, ni siquiera Arabia Saudí que tiene un nivel de ingreso tan alto. Con lo que cuesta una botella de agua se pagan 72 litros de gasolina. Por el bien del país, el precio de la gasolina es una tema prioritario», afirmó el vicepresidente económico, Rafael Ramírez.

El líder de la oposición, Henrique Capriles, ha propuesto destinar los fondos de la subida «a la educación y la seguridad. Que todo lo que se recaude por ese concepto en cada estado se destine a un fondo para el aumento del sueldo de los maestros o los policías, y al reforzamiento de los planes de seguridad». Y exige, como otros opositores, que el Gobierno deje de «regalar» el combustible a Cuba y otros países amigos.

La exportación de crudo a precios preferenciales no es problema para Ramírez, presidente de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA). En cambio, se lamenta de la pérdida de unos 9.300 millones de euros al año «en subsidio por la diferencia entre el coste de producción y el precio de venta del combustible». También de «los 100.000 barriles al día de petróleo» en contrabando que parten hacia Colombia.

El responsable del sector petrolero dice igualmente que «el 70% del parque automotor del país consume gasolina de 95 octanos (la de producción más costosa), aunque los vehículos no estén diseñados para ella».

Así se explica que por sus carreteras circulen los coches que consumen litros de combustible como si fuera agua. Los modelos van desde esas camionetas enormes que en las películas utilizan los narcotraficantes a destartalados vehículos americanos de los años 70 y 80. Los modernos se valoran por la línea o por el tamaño para las grandes ciudades. Sin embargo, allí no se habla de híbridos y tampoco se valoran los diésel, que se utiliza fundamentalmente en camiones.

Para que PDVSA no registre pérdidas, el combustible debería costar entre 70 y 90 céntimos de bolívar. Actualmente cuesta un centavo de dólar por litro, 120 veces por debajo del promedio continental: 1,26 dólares (0,94 euros).

Según Ramírez, Maduro indicó que se debe discutir «si ha llegado el momento de cobrar la gasolina, porque en este país no se paga por ella, sino que es Petróleos de Venezuela la que paga». Andan con pies de plomo por el inevitable fantasma del 'caracazo» que, por una subida de combustible en 1989, provocó un estallido social.