El primer ministro de Corea del Sur se hunde con el ferri 'Sewol'
El dirigente asume toda la responsabilidad de la tragedia y dimite mientras la investigación descubre cada vez más negligencias
SHANGHÁI. Actualizado: GuardarEn Corea del Sur sí saben que dimitir, no es un nombre ruso. Lo demostró ayer su primer ministro, Chung Hong-won, que asumió toda la responsabilidad en la tragedia del ferri 'Sewol', cuyo hundimiento el pasado día 16 ha dejado 302 muertos y desaparecidos, y decidió abandonar su cargo para tratar de calmar el torrente de críticas que el Gobierno ha recibido por lo que el propio Chung consideró una «mala gestión» de la crisis. «Quise haber dimitido antes, pero creí que mi prioridad tenía que ser encauzar la operación de búsqueda. Ahora, después de haber visto a las familias sufrir por la pérdida de sus seres queridos, y consciente del resentimiento que ha provocado en el público lo sucedido, creo que es el momento adecuado de hacerlo», explicó en una rueda de prensa que asombró al país.
«Quiero pedir disculpas por no haber sido capaz de prevenir esta tragedia. Y también por no haber sabido responder adecuadamente cuando se produjo», dijo Chung antes de despedirse con una reverencia. Pocas horas después de la renuncia, la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, aceptó su dimisión a pesar de que fue tachada de «irresponsable y cobarde» por la oposición y por algunos familiares de las víctimas. Para dejar claro que la suya no es una huida, el primer ministro continuará ejerciendo su cargo hasta que se hayan recuperado los 115 cuerpos que todavía esconde el buque volcado en las aguas del sur de la península coreana.
Sorpresa
Chung aprovechó su breve comparecencia para hacer también una crítica más allá de la actuación del Gobierno. «Hay una gran variedad de irregularidades que continúan acechando en cada rincón de la sociedad y malas prácticas que perduran. Espero que esta vez podamos corregir estos males que tienen profundas raíces y que un accidente de estas características no se vuelva a repetir».
De hecho, el hundimiento no solo ha provocado sorpresa por la aparente negligencia de la tripulación a la hora de ordenar la evacuación y el gran número de muertos que eso ha provocado. También ha demostrado que un potente desarrollo económico no siempre elimina el peligro de que personas y empresas se comporten de forma irresponsable e ilegal.
Cada nuevo dato que descubre la investigación sobre lo sucedido en el barco supone un mazazo para el que se considera uno de los países más desarrollados del continente. Primero provocó asombro la conducta del capitán, que no se encontraba al timón, evitó que los pasajeros se pusieran a salvo y fue de los primeros en abandonar el ferri. Luego llegó la confirmación de que el barco transportaba más de tres veces la carga recomendada, lo que pudo provocar su volcado. Ahora, los investigadores están escrutando las finanzas del propietario de la empresa que operaba el 'Sewol', Yoo Byung-eon, que amasa una fortuna de más de 400 millones de euros a pesar de que en 1997 llevó a la bancarrota la empresa que dirigía, Semo, y que puede estar involucrado en algunos casos de corrupción.
Normalidad
Ajenos a toda esta polémica, los alumnos del Instituto Danwon, situado en una ciudad satélite de la capital, Seúl, tratan de recuperar la normalidad. No es fácil, ya que 325 de sus compañeros viajaban a bordo del 'Sewol' con destino a la turística isla de Jeju.
Muchos han necesitado asistencia psicológica y hoy será el primer día de colegio después de la tragedia para los estudiantes de segundo curso. Solo se espera que asistan 13. A los que han muerto y a los que todavía no se ha rescatado se les recuerda en las multitudinarias vigilias que se repiten por un país todavía conmovido por el drama.