Economia

Un proyecto clave con algunas imperfecciones

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Han sido 22 meses de duras negociaciones, de muchas noches en vela, de brindis con champán y algún que otro fiasco por cantar victoria antes de tiempo. Pero la unión bancaria ya es una realidad. Un proyecto tan esencial para países como España como desconocido para unos ciudadanos que en teoría, se beneficiarán de ella.

1. La filosofía

Es el proyecto de integración económica más importante desde la creación del euro. La filosofía de fondo es que no haya bancos alemanes, italianos, franceses o españoles, solo europeos, y que así se rompa el círculo vicioso entre deuda soberana y sector financiero de un país.

2. Tres pilares, dos levantados

El primero, el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), fue aprobado el pasado septiembre. Está en manos del BCE, que el 4 de noviembre asumirá toda la responsabilidad de control sobre los 128 principales bancos de la Eurozona (16 españoles). El segundo es el ayer aprobado, el Mecanismo Único de Resolución (MUR), que estará dotado con 55.000 millones y tendrá la capacidad de decidir en cuestión de horas el cierre de una entidad inviable. El tercero es un mecanismo único de garantía de depósitos que tiene pocos visos de salir adelante ya que los países se conforman con los sistemas nacionales que blindan los primeros 100.000 euros, un línea roja de la UE que ayer volvió a quedar refrendada por el Parlamento comunitario.

3. ¿Quién paga el fondo del MUR?

Dividido en compartimento nacionales, tendrá 55.000 millones aportados por los bancos (a España le tocará desembolsar unos 7.000). El dinero, 6.875 millones cada año, se pondrá a lo largo de ocho años (hasta 2024) pero con una intensidad diferente. Durante los dos primeros años se producirá una mutualización del 60% de los distintos minifondos nacionales, mientras que a partir del tercero, habrá una cadencia del 6,67%.

4. ¿Y si llegan los problemas?

Pese a lo exitoso del proyecto, existen algunos peros, lagunas que aún deben aclararse en los próximos meses. Por ejemplo, ¿qué ocurriría si el test de estrés del BCE depara a corto plazo sorpresas negativas cifradas en decenas de miles de millones? Es más que posible que el fondo de resolución, que irá recibiendo una aportación anual del 6.875 millones, se queda muy corto. Y no solo en estos primeros años, también en 2024, cuando tenga ya 55.000 millones -España necesitó 41.300-. Muchos países querían utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) como cortafuegos ('backstop') de último recurso, pero Alemania se negó y la fórmula acordada pasa porque el fondo pueda acudir a los mercados a pedir dinero siendo los propios bancos los que están obligados a devolverlo.