El copiloto Fariq Abdul Hamid. :: E. C.
MUNDO

La extraña llamada del copiloto

Aseguran que intentó hacer una llamada desesperada desde el desaparecido vuelo MH370 poco después de perder contacto

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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Cuando parecía que no era posible añadir más misterio a la desaparición del Boeing 777-200ER de Malaysian Airlines, el diario malasio 'The New Straits Times' asegura que los investigadores están rastreando la llamada que el copiloto, Fariq Abdul Hamid, trató de hacer con su móvil poco después de que el avión cambiase de rumbo, menos de dos horas después del despegue. Según las fuentes anónimas citadas por el rotativo, pero relacionadas con la investigación, Fariq fue capaz de captar la señal porque el avión volaba bajo cuando cruzó la península malasia por encima de la ciudad de Penang. La estación de telecomunicaciones permitió establecer contacto telefónico pero, por la velocidad a la que el Boeing se desplazaba hacia el Océano Índico, la llamada, que el periódico califica de «desesperada», acabó abruptamente.

Esa es toda la información que incluso los investigadores anónimos están dispuestos a divulgar, porque el resto está calificado como 'secreto', una etiqueta que abunda en este caso y que incomoda al público. El 54% de los encuestados por el periódico 'The Malaysia Insider' consideran que su Gobierno está ocultando datos sobre lo sucedido. Muy superior sería ese porcentaje si la pregunta se hiciese en China, un país al que pertenecían dos tercios de los 239 viajeros y que ha puesto en duda la buena fe con la que Malasia gestiona una crisis sin precedentes en la aviación comercial.

«Malasia es un país semiautoritario. El partido que lo gobierna lleva en el poder desde la independencia -1957- y no está acostumbrado a rendir cuentas a nadie», aseguró ayer el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Monash James Chin. Otros, como el polémico Anwar Ibrahim, un opositor malasio acusado de sodomía y amigo del capitán que estaba al mando del vuelo MH370, ha descrito el culebrón como «un fiasco total» para el Ejecutivo malasio. No obstante, China sí que ve algún signo positivo. «Antes, una conferencia de prensa diaria, como la que lleva a cabo ahora el Gobierno, habría sido impensable. Lo que tememos es que vuelva a su comportamiento actual cuando todo esto haya acabado».

No en vano, la información llega con cuentagotas. A pesar de todo, la existencia de esa llamada podría ser de gran importancia para la investigación. Los analistas consultados por diferentes diarios asiáticos coinciden en resaltar que, si el copiloto quiso comunicarse con su móvil y no a través de la radio del avión que había sido deshabilitada, parece lógico pensar que pretendía dar la voz de alarma.

Múltiples teorías

Pero, a partir de ese punto de consenso, las teorías varían. Algunos creen que el copiloto podría haber sido expulsado de la cabina por el comandante, algo que sustentaría la teoría del suicidio, mientras que otros prefieren pensar que Fariq podría haber conseguido escapar del control de unos supuestos secuestradores. En cualquier caso, las que pierden fuerza son las hipótesis de un accidente y de una despresurización que habría provocado la pérdida de consciencia de la tripulación.

Desafortunadamente, la llamada abortada no deja de ser una pieza más de un puzle al que le faltan casi todas. Seguramente están esperando en el fondo del Índico, donde no se han vuelto a escuchar los 'ping' que emiten las balizas diseñadas para facilitar la localización de las cajas negras. Hace ya 38 días que desapareció el Boeing y sus baterías sólo tienen garantizada la vida para un mes, razón por la que ya podrían haber quedado en silencio.

No obstante, el equipo multinacional de búsqueda no se da por vencido y continúa rastreando el lugar en el que varios buques escucharon los pitidos. Pero ya no lo van a hacer con el detector de radio que arrastraba el buque australiano Ocean Shield sino con el submarino no tripulado Bluefin-21, que ya está preparado para la inmersión. «Es hora de buscar bajo el agua», ratificó el director de la investigación, Angus Houston. Y se hará en el punto en el que ayer se encontró una mancha de aceite cuya procedencia todavía es imposible de determinar. «Tardaremos días en saber si pertenecía al MH370, pero no tenemos ninguna pista mejor», explicó Houston. El submarino cubrirá sólo 40 kilómetros cuadrados cada 24 horas, un ritmo muy lento si se tiene en cuenta que la superficie en la que se busca es de 57.506.