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Kiev responde a tiros a los separatistas prorrusos
La «operación antiterrorista» lanzada para recuperar el control en el Este del país suma las primeras bajas
Actualizado: GuardarLa insurrección armada de los separatistas prorrusos en el este de Ucrania se recrudeció el sábado y ayer se extendía como un reguero de pólvora inflamada. Sus protagonistas, que se hacen llamar Milicia Popular de Donbass, no son manifestantes como los que abarrotaron el Maidán de Kiev, sino hombres vestidos con uniformes de camuflaje sin distintivos y bien pertrechados con armas y munición. Son prácticamente idénticos a los que invadieron Crimea el mes pasado, ocupando sus sedes oficiales y desalojando de las unidades militares a las tropas ucranianas. En la península anexionada por Rusia decían llamarse grupos de autodefensa, pero después se constató que la mayoría eran soldados rusos.
El Ministerio de Exteriores ucraniano acusó ayer directamente a Moscú de estar detrás de la «sublevación separatista». «En las regiones orientales de Ucrania los servicios de espionaje rusos junto con saboteadores han iniciado una operación separatista a gran escala, con el objetivo de tomar el poder, desestabilizar la situación (...) y arrancar estas regiones de nuestro Estado», aseguraba un comunicado de la Cancillería ucraniana.El sábado, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ya responsabilizó al servicio de inteligencia del Ejército ruso (GRU) de las acciones desestabilizadoras en varias localidades de la región de Donetsk. La nota de Exteriores ucraniana afirmaba ayer que Kiev «presentará pruebas de la implicación de Rusia en el levantamiento armado en el este de Ucrania» en la reunión prevista para el próximo jueves 17 en Ginebra. En el texto se explica que la «operación antiterrorista» lanzada ayer y que Moscú califica de «orden criminal» tiene como objetivo «proteger la vida de las personas y defender la integridad territorial de Ucrania y la seguridad del Estado».
El operativo se inició en la localidad de Slaviansk (región de Donetsk) contra los miembros del la Milicia Popular de Donbass, que en la víspera se atrincheraron en el edificio de la delegación local de Interior, en donde izaron la bandera rusa, y en el cuartel del SBU. El comienzo de intervención armada, en la que se emplearon helicópteros y destacamentos de «todas las ramas de las Fuerzas Armadas», fue anunciado por el ministro de Interior, Arsén Avákov, a través de Facebook. Aunque sin precisar, habló de «muertos y heridos en ambos bandos».
Uno de los fallecidos resultó ser un responsable de la unidad antiterrorista ucraniana del SBU, mientras que Avákov informó de que se registraron cinco heridos en sus filas, aunque las agencias admitían que habrá que esperar hasta tener un balance definitivo de bajas, tanto en un bando como en el otro. El ministro pidió a la población civil que evitase salir a la calle. Pese a todo el operativo, los prorrusos mantenían ayer el total control de Slaviansk. En su extrarradio también se produjeron combates con el fin de desalojar a los insurrectos de los puestos de control levantados en las vías de acceso a la ciudad. Estos tratan así de obstaculizar la llegada de refuerzos desde Kiev. Los apostados en esas barricadas clamaban ayer en solicitud de ayuda al presidente ruso, Vladímir Putin.
El jefe del Estado en funciones de Ucrania, Alexánder Turchínov, afirmó ayer ante las cámaras de televisión que los separatistas serán combatidos bajo la dirección del SBU y con la participación del Ejército. Aseguró que los sublevados que depongan las armas antes de las ocho de la mañana de hoy y no hayan matado a nadie no serán procesados. Turchínov dijo que la decisión de actuar con firmeza contra los separatistas fue adoptada el sábado por la noche en la reunión del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad. El presidente interino señaló también que se harán todos los esfuerzos para tratar de evitar la pérdida de vidas humanas y se concederá una mayor autonomía a las regiones del este.
Como en Crimea
Las cosas empeoraron ayer también en Járkov, en la parte noreste del país, en donde la situación parecía ya estabilizada, y la sublevación se extendió a Mariúpol (a orillas del mar de Azov), cuyo Ayuntamiento fue tomado por separatistas armados. El asalto tuvo lugar tras una concentración a favor de la «república de Donetsk», a la que acudieron unas mil personas. Después fueron levantadas barricadas en torno al edificio consistorial. En Járkov se produjo también un intento de ocupar el Ayuntamiento, pero no se coronó con éxito. En Yenakievo, sin embargo, la tentativa sí salió adelante. Yenakievo se encuentra a 50 kilómetros de Donetsk. En Járkov hubo más de un decena de heridos en enfrentamientos entre partidarios y detractores de la incorporación a Rusia.
En donde las Fuerzas de Seguridad ucranianas no han podido todavía hacer absolutamente ningún avance ha sido en Donetsk, Lugansk y Kramatorsk, ciudades en donde los separatistas continúan controlando diversos edificios oficiales. Según un vídeo aparecido ayer en Youtube, el alcalde de Kramatorsk intenta sin ningún resultado disuadir que depongan su actitud a los hombres que tomaron el sábado el edificio de su administración. Los asaltantes le preguntan si está dispuesto a apoyar la proclamación de la «república de Donetsk» o, en caso contrario, le exigen que abandone el lugar y deje el puesto a disposición de otro regidor. El argumento de que eso lo debe decidir la ciudadanía en unas elecciones no hizo cambiar de parecer a los separatistas, quienes tienen además en su poder la principal comisaría de la ciudad. El sábado tomaron ambos edificios en medio de un tiroteo que, al parecer, no causó víctimas. Como el resto de sus compañeros, iban uniformados, provistos de armas automáticas y a bordo de camiones sin placas de matrícula. Como en Crimea.