Lara ayer en un acto de precampaña en Málaga. :: CARLOS DÍAZ / EFE
ESPAÑA

Los socialistas explotan las contradicciones de la coalición de izquierda

Ven en el discurso territorial de la formación que lidera Cayo Lara un flanco débil para aplacar su auge en los sondeos

MADRID. Actualizado: Guardar
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Si el PSOE solo tuviera que intentar vencer al PP en los próximos comicios, electoralmente tendría medio problema. El caso es que al mismo tiempo intenta taponar la via de agua de la que, según las encuestas, se viene beneficiando Izquierda Unida. Y ha decidido que no se trata de competir por ver quién está más a la izquierda, una batalla que tiene perdida de antemano, sino de intentar explotar las contradicciones de una fuerza que no ha tenido nunca responsabilidades en el Gobierno de la nación pero que ahora aspira a pasar de las musas al teatro o, como ya ha manifestado alguna vez su líder, Cayo Lara, de la movilización ciudadana a la revolución del Boletín Oficial del Estado.

No era fácil hasta ahora, para el primer partido de la oposición, encontrar el flanco débil a la coalición de izquierda. Pero el debate de esta semana en el Congreso, que cerró las puertas a un referéndum independentista en Cataluña, dio la oportunidad a Alfredo Pérez Rubalcaba de asestar la primera estocada en un asunto que le ha permitido evidenciar por dónde cojea -a ojos de un partido con vocación mayoritaria- el discurso de IU.

La discrepancia en Andalucía es un episodio concreto, pero la política territorial, en cambio, es como la lluvia fina. Lara siempre ha sido consciente de sus dificultades. Quería haber amortiguado el golpe en la conferencia sobre el modelo de Estado celebrada en febrero, pero las cosas no le salieron como quería. Como formación de izquierda clásica, IU se opone a la independencia, pero desde hace casi una década defiende el «derecho a decidir de los pueblos». ¿Entendible? Muy difícil salvo que se explique bien, y aún no lo ha hecho. No en vano, en aquella conferencia, la coalición fue incapaz de sacar adelante la resolución en la que la dirección llevaba muy trabajada. El 52% de los delegados votaron no o se abstuvieron.

IU, defensora del Estado federal «solidario y plurinacional», no está cómoda en debates como el de este martes o como el del plan Ibarretxe en 2005. Aquel episodio dividió por completo a la formación; Ezker Batua votó a favor de la propuesta de libre asociación del lehendakari en el País Vasco, pero en la Cámara baja la coalición se opuso a su tramitación, con una excepción, la de los diputados de Iniciativa per Catalunya, que se abstuvieron.

Esta vez, para evitar fracturas, IU optó por dar el sí a la transferencia de la competencia sobre referendos a Cataluña, y dejó en manos del portavoz de ICV, Joan Coscubiela, la defensa de su posición. Rubalcaba no perdió la ocasión de meterle el dedo en el ojo con una intervención que cosechó no sólo los aplausos de su bancada, sino también de la del PP. «Ustedes han votado el principio de autodeterminación. Eso nos separa. Los dos somos partidos de izquierda, pero yo no estoy de acuerdo. Es más, le sugiero al señor Coscubiela que vaya a defender la autodeterminación a Mieres, a Puente Genil o a Extremadura, que vaya a defenderla desde la izquierda», dijo.

Viraje

Las referencias a esos tres lugares no fueron casuales porque en Andalucía, Asturias y Extremadura, IU ha sido en esta legislatura pieza clave para la gobernabilidad. El líder de la oposición lo tenía meditado y se dio una satisfacción que hace seis meses, cuando el PSC no se había desmarcado aún de la ofensiva soberanista, no podía haber dado. Lograr este viraje es probablemente lo que más reconocimiento interno le ha valido a Rubalcaba en su ardua etapa como secretario general.

A cambio, el PSOE abrazó oficialmente el federalismo. Pero también aquí el líder socialista trató de marcar la diferencia con IU y se aprovechó de algo que, al propio Lara, le disgusta sobremanera, que ICV pactara con CiU y ERC las preguntas de la consulta que pretenden celebrar el 9 de noviembre. Rubalcaba hizo hincapié en que ni Coscubiela ni Joan Herrera, delegado del Parlamento catalán por ICV, osaron defender el contenido de esos interrogantes. Un contenido que ridiculizó. «Seamos serios, estamos discutiendo una cosa muy seria. ¿Un Estado?, ¿qué Estado?, ¿Baviera, California, Jalisco o Puerto Rico?, ¿de qué Estado están hablando, de qué federalismo?». El suyo no contempla posibilidad de secesión alguna.

El principal partido de la oposición ya ha asumido que no volverá a superar el 40% del voto en unas generales, pero aspira a no bajar tampoco del 30%. En lo inmediato, las encuestas sobre las elecciones europeas pronostican una fuerte subida de IU que podría llegar a cuadruplicar el porcentaje de voto logrado en 2009 (un 3,7%). Por eso su candidata, Elena Valenciano, insiste en que en el Parlamento europeo son las familias políticas las que tienen posibildad de cambiar cosas, y solo hay tres, la socialista, la popular y la liberal. «El PSOE -presume- es la izquierda que puede».