CARTAS DE LOS LECTORES

Desazón por las pensiones

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Se están alzando voces advirtiendo de que el Fondo de Reserva de las Pensiones no sólo no está en sus mejores momentos, sino que ha empezado un declive alarmante. De esta reserva los pensionistas hemos ido presenciando sus altibajos con creciente temor, sobre todo cuando ahora se nos dice, de esas fuentes solventes, aclaro, que de los casi 67.000 millones que atesoraba, hoy no llega ni a los 54.000. Una cifra é que apenas da para pagar las nóminas de las pensiones durante ocho meses si es que no hay aportes que la aumente. Siente uno que la camisa no le llega al cuerpo: de la pensión de vejez vivimos -y se ayuda a miembros de la familia en paro, no hay que olvidarlo- y ella nos permite mirar el futuro con cierta complacencia, no con mucha, todo hay que decirlo, que las exiguas mensualidades no permiten liberalidades. Nos dicen que la Seguridad Social flaquea, o sea que está en déficit y que la razón es que se desprende de activos con mayor celeridad que los recibe. Dicen en los parajes agrestes de la Serranía de Ronda que 'en bolsa en la que nada entra nada se encuentra' por mucho que se hurgue en el fondo. Lo que sí entra en el Fondo de Reserva son las rentas que les proporcionan las inversiones en Deuda Pública que en su día decretó el Gobierno como fórmula de sustento monetario. Sn embargo, este recurso no deja de ser aleatorio: puede llegar a desaparecer y sin afirmarse que tenga sus días contados no estaría de más que se pusieran en planta nuevos sistemas de ahorro para que las pensiones no flaqueen en lo porvenir. Sea como fuere, no hay quien nos quite un recelo en lo que pudiera ocurrir. Cierto, hay una coincidencia en que las cosas van mejor, y como resultas de ello se insuflen nuevos y abundantes réditos al Fondo de Pensiones. Crucemos los dedos para que así ocurra.