Economia

Cuatro de cada 10 productos de la cesta de la compra llevan un año a la baja

Pese a la caída notoria de precios y un IPC que en marzo volvió a tasas negativas (-0,1%), el Gobierno minimiza el riesgo de deflación

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Haberlo, haylo». Como dicen de las 'meigas' (brujas) en el noroeste del país, el riesgo de deflación -una bajada generalizada y notoria (al menos, durante dos semestres consecutivos) de los precios- existe. Es más, para un buen número de expertos no es precisamente desdeñable, aunque las previsiones que manejan distintos institutos públicos (Banco de España, por ejemplo) y privados (distintos servicios de estudios bancarios y de grandes empresas) apuntan más bien que España bordeará ese precipicio a lo largo del año, aunque sin llegar a caer dentro del mismo.

De momento, no obstante, los últimos datos conocidos alientan cierta preocupación. El Instituto Nacional de Estadística (INE) desglosó ayer el comportamiento del índice de precios de consumo (IPC) en marzo, mes que cerró con una variación anual negativa del 0,1%, una décima menos del dato plano (0%) con que terminó febrero. La bajada registrada en los alimentos -sobre todo, los no elaborados- y el transporte explicarían, junto al efecto calendario -el año pasado la Semana Santa, que suele tirar al alza de los precios en el ocio y los viajes, fue en marzo y este año será en abril-, esa vuelta a los números rojos.

Ahora bien, si entramos más en el detalle de las cifras, lo ocurrido no parece responder sólo a un fenómeno coyuntural sino realmente a un problema estructural. Así, cuatro de cada 10 productos de la cesta de la compra que usa el INE -en concreto, 52 de las hasta 126 referencias distintas que toma en consideración- llevan, al menos, 12 meses seguidos con caídas de precios. En algunos casos, los descensos resultan claramente significativos: un 14% menos en los equipos fotográficos y cinematográficos, un 12,2% en los equipos telefónicos, un 9,3% en la informática, un 7,4% en la joyería, bisutería y relojería, un 5,5% en el aceite, un 4,6% en el azúcar, un 4,5% en los electrodomésticos de gama blanca (frigoríficos, lavadoras y lavavajillas) y otro 4,5% en los juegos y juguetes, junto a un 4% en los servicios recreativos y deportivos.

Claro que también hay ascensos acusados en esa larga lista, encabezados por el 6,5% de las frutas en conserva y los frutos secos, el 5,5% de los seguros médicos, el 5,4% del marisco (crustáceos y moluscos), el 4,4% del transporte aéreo, otro 4,4% de la leche y un 4,2% de los servicios de alcantarillado. No obstante, una treintena de los productos que considera el INE se mantienen prácticamente planos, al registrar variaciones (al alza o a la baja) de apenas medio punto o incluso menos.

Por grupos -es decir, desde una perspectiva general-, también aparecen algunas bajadas de precios llamativas, como el 6,9% en comunicaciones durante el último año o el 2,3% menos en el ocio y la cultura. También llama la atención el descenso del 2,8% en los carburantes y combustibles. Por el lado contrario, las subidas resultan casi una nota aislada en la lista del IPC en marzo; no obstante, destacan el aumento del 2% en el coste de las bebidas alcohólicas y el tabaco -fundamentalmente por efecto del alza de las cargas impositivas- y también del 1,9% en el capítulo de la enseñanza.

Una tendencia no aislada

En cualquier caso, los analistas del INE constatan que de no ser por la presión fiscal el descenso de los precios en marzo hubiera sido una décima mayor (-0,2%). Una lectura parecida arroja la inflación subyacente -que precisamente no tiene en cuenta los productos más volátiles como los alimentos frescos o los productos energéticos-, que terminó el mes plana (0%) sin que esta vez pueda achacarse a factores puntuales de la cotización de materias primas. Y tampoco puede hablarse de una tendencia aislada de algunas regiones, pues sólo tres comunidades, además de Ceuta (0,3%), terminaron con un IPC positivo: Baleares (0,3%). País Vasco (0,2%) y Cataluña (0,1%).

Para el Gobierno, sin embargo, el riesgo de que se produzca una deflación extendida en España es «poco significativo». De hecho, el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, anunció ayer que el IPC volverá a tasas positivas en abril por el efecto alcista de la Semana Santa en los viajes, el ocio, la hostelería y la restauración. De hecho, sus cálculos apuntan que terminará el año en torno al 0,5% por el tirón de la demanda interna.

El problema es que, según anticipan varios servicios de estudios, pese a que el consumo privado empujó en el primer trimestre la economía hasta un crecimiento cercano al 0,4%, eso no se ha trasladado a los precios. En cualquier caso, las dos grandes patronales, CEOE y Cepyme, descartan que España vaya a entrar en deflación y apuntan a un avance «gradual» de los precios. Para los sindicatos, por el contrario, los últimos datos suponen una «alarma roja» para la «anunciada» recuperación.