Sangre sin muertos en un instituto de EE UU
Detenido un adolescente de 16 años que causó heridas profundas con dos cuchillos a una veintena de compañeros en Pittsburg
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarPodía haber sido otro tiroteo con balance mortal, pero esta vez el joven desequilibrado no llevaba armas de fuego, sino dos cuchillos. El baño de sangre que provocó ayer un estudiante de 16 años en el instituto Franklin de Murrysville, una localidad residencial a las afueras de Pittsburg, en el Estado de Pensilvanya -noreste de EE UU- no dejó ningún muerto sino 20 heridos, de entre 14 y 17 años, salvo el guardia de seguridad de la escuela, que ayudado por el adjunto al director, redujo al atacante a costa de una puñalada en el estómago. «A diferencia de la mayoría de las tragedias de este tipo, esta vez podremos interrogar al autor y saber qué pasaba por su cabeza», observó el analista y ex director adjunto del FBI Tom Fuentes.
Era una diferencia que muchos preferían ignorar. Carl Jackson, presentador del programa de radio que lleva su nombre y se define a sí mismo como «cristiano conservador», se preguntaba cómo era posible que no hubieran detenido al autor tras apuñalar a la primera víctima. «Un disparo, una bala, un segundo en detener el apuñalamiento de Pittsburg», escribió en Twitter. Otros, como la activista de educación Teri Pinney, ponían este suceso como prueba de que el problema no son las armas de fuego. «Otro ejemplo de violencia sin armas en nuestro país», decía la directora de una ONG ecológica. «Si todavía crees que el problema son las armas, es que probablemente tú eres lo que falla en nuestra sociedad», corroboraba Allie Brown.
Y mientras la Asociación Nacional del Rifle reafirmaba su receta de guardias armados en las escuelas, como ayer no hubo pistolas ni rifles hasta el asaltante vivirá para contarlo. Su nombre no se ha hecho público porque es menor, pero en la comunidad de 20.000 habitantes, todo el mundo sabe quién es. Hasta el director adjunto que le redujo, Sam King, es su vecino. Al detenido se le recuerda como un joven tímido, de pocos amigos aunque nunca hostil con sus compañeros. La noche antes, sin embargo, algunos estudiantes dicen que llamó por teléfono a un alumno de un curso superior y le avisó: «Te voy a joder».
Una foto desde el hospital
A las 7.15 de la mañana, mientras los alumnos llegaban a la escuela, el adolescente de 16 años sacó dos cuchillos de gran tamaño y empezó a apuñalar a sus compañeros. «No decía nada, tenía la mirada de un loco» contó a CNN Mia Meixner. Al principio nadie entendió qué pasaba. Como no se oyeron disparos, los estudiantes no imaginaron que se tratase de un perturbado. Meixner dice que cuando vio a dos muchachos en el suelo pensó que se peleaban, hasta que uno se levantó la camiseta y lo vio sangrar.
Los médicos de los cinco hospitales que atienden a los heridos aseguran que casi todas las lesiones son profundas y en zonas críticas como el torso y el abdomen. Entre los que recibieron el alta está Nate Scimio: activó la alarma antiincendios, lo que alertó a sus compañeros y provocó la estampida que puso a salvo a muchos estudiantes. Desde el hospital donde le curaron la puñalada en el brazo, el nuevo héroe se hizo una foto con el teléfono y colgó el 'selfie' en internet. Un signo de los tiempos y de la diferencia entre las armas blancas y las de fuego.