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Los conservadores húngaros se sitúan como ganadores de las legislativas
La extrema derecha xenófoba y antisemita podría conseguir la tercera posición parlamentaria con el 21% de los votos
VARSOVIA. Actualizado: GuardarEl partido conservador Fidesz del primer ministro Viktor Orban se sitúa como claro ganador de las elecciones legislativas que se celebran hoy en Hungría. Según las encuestas preelectorales optimistas, la derecha de Orban podría conseguir más del 50% de los votos. Otros sondeos, como el que hizo público esta semana el Instituto Medián, dan a Orban un 47% de los sufragios. Si se confirma la segunda opción, los conservadores ganarían los comicios, pero se quedarían por debajo de la mayoría absoluta. La gran incógnita para Orban es si conseguirá mantener la mayoría de dos tercios de la Cámara que alcanzó hace 4 años.
La coalición de centroizquierda liderada por los socialdemócratas del MSzP de Attila Mesterhazy lograría un resultado en torno al 23% de los votos, cuatro puntos más que en las anteriores legislativas. Jobbik, que es el principal partido de la extrema derecha xenófoba y antisemita, consolidaría la tercera posición parlamentaria que consiguió en la última legislatura, pero con un mejor resultado: 21% de los votos, mientras que en 2004 logró el 17%. Algunas encuestas apuntan que Jobbik no podrá superar los resultados de 2010. En cuarta posición llegaría el partido ecologista de izquierda LMP con el 6% de los sufragios.
El buen resultado de la extrema derecha, según señalan los observadores políticos, se debe en gran medida a la crisis económica y social que vive el país centroeuropeo, al desprestigio de los partidos tradicionales y a la estrategia política populista y demagógica que ha desplegado Jobbik en la legislatura saliente. El partido que lidera Gábor Vona ha convertido a los gitanos, pero también a los judíos, en la causa de los problemas socioeconómicos que sufre el país y se presenta ante el electorado como una formación crítica con la UE y el capitalismo.
Los comicios de hoy serán los primeros que se llevan a cabo en Hungría desde la reforma electoral que diseñó en 2013 el Gobierno de Orban. Las elecciones se celebran por primera vez en una sola vuelta y con menos circunscripciones, 106 de las 176 anteriores. Es también la primera cita electoral con una nueva y polémica Constitución aprobada en 2012 y muy criticada por la Comisión Europea, porque algunos artículos alejan a Hungría de las normas democráticas comunitarias, recortan las competencias del poder judicial y dan más atribuciones al ejecutivo.
Viktor Orban es muy criticado dentro y fuera de Hungría por su deriva autoritaria y sus reformas dudosamente democráticas. El dirigente conservador ha hecho todo lo posible por controlar los jueces y los medios, pero tiene a su favor una notable mejoría de la situación económica en los últimos tiempos. En este contexto, según el analista Gábor Török, Hungría está en «una situación electoral de guerra civil fría, sin enfrentamientos».