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El SPD dinamiza la coalición pero Merkel se pone las medallas

Los socialdemócratas ya han logrado aprobar apuestas como el salario mínimo y ven ahora que los sondeos premian a su socio conservador

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Con la aprobación ayer por el Consejo de Ministros del salario mínimo de 8,50 euros por hora en Alemania, con algunas excepciones, los socialdemócratas (SPD) encienden un cohete más en sus fuegos de artificio desde que asumieron su papel de socio menor en la 'gran coalición' de gobierno que dirige la canciller, Angela Merkel. Acaban de cumplirse los primeros cien días del Ejecutivo y el SPD parece llevar la voz cantante y tiene motivos para estar satisfecho.

Su líder y superministro de Economía y Energía, Sigmar Gabriel, ha tomado las riendas de la reforma energética; y la titular de Trabajo, Andrea Nahles, ha introducido, además del salario mínimo, la jubilación anticipada a los 63 años para los trabajadores de larga cotización. El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, ha impuesto una ley para acabar con los alquileres abusivos y su compañera de Familia, Juventud y Mujer, Andrea Schwesig, la cuota femenina en la dirección de empresas. Aunque el cristianodemócrata y ministro de Interior, Thomas de Maizière, será el encargado de aplicarla, la doble nacionalidad para jóvenes hijos de inmigrantes ya acordada es también iniciativa del SPD.

Tal es la satisfacción de los socialdemócratas por su aparente dominio de los dictados del Gobierno en el que los conservadores son en realidad el socio mayor, que este domingo celebrarán un acto en Berlín al que acudirán sus ministros, primeros ministros regionales y grandes alcaldes bajo el lema «El SPD gobierna y Alemania progresa». Como si Angela Merkel y su Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) no existieran.

Pero no les cunde. Las encuestas periódicas sobre intención de voto indican que, pese a tanto ruido, el SPD sigue en el agujero. El sondeo de esta semana del instituto Forsa da a los socialdemócratas un 23% de votos potenciales, menos que en los comicios legislativos de otoño, cuando lograron un 25,7%. Y la Unión de Merkel no baja ni a empujones del 40%.

Corredores de fondo

La canciller y su CDU/CSU dejan hacer al SPD y se llevan las medallas, como en la primera edición de la 'gran coalición' entre 2005 y 2009, a cuyo término los socialdemócratas sufrieron la mayor catástrofe electoral de su historia. A la vista de los sondeos, el SPD mira con preocupación a las elecciones europeas de mayo, en las que su candidato y actual presidente del Parlamento de Estrasburgo, Martin Schulz, espera auparse a la jefatura de la Comisión de la UE. En las anteriores, el SPD sumó un miserable 20,8% de votos y ahora espera mejorar, aunque los sondeos solo le conceden, como mucho, un porcentaje igual al de las pasadas elecciones al Bundestag. No habrá motivo de celebraciones. Y aunque la cita europea se resuelvan mejor, el problema del SPD puede ser que ha tirado ya todos sus cohetes y la legislatura no ha hecho sino comenzar.

Esa es también la apuesta de Merkel y su Unión, corredores de fondo. El SPD actúa como un atleta de 100 metros y la legislatura es una maratón. Es por eso que la canciller lo ve todo con tanto relajo y se dedica a la política internacional, a la gestión de la crisis de Ucrania como interlocutora permanente del impredecible presidente ruso, Vladímir Putin. Y cuando hay problemas en la coalición, convoca a Gabriel y al líder bávaro, Horst Seehofer, y resuelven la papeleta de a tres. Y, aunque no lo parezca, es Merkel la que se lleva el gato al agua.