ESPAÑA

La Casa del Rey se desmarca de las invitaciones al dictador Obiang

El presidente guineano asegura que el Monarca «influyó» para que pudiera hablar en el Instituto Cervantes y la Zarzuela lo niega

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Quisiera agradecer al Rey porque sé que él ha influido para que yo también pueda participar en este encuentro cultural». Con una sola frase, el dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, logró ayer que la polémica que ya habían levantado hace días sus conferencias ante la Universidad Española de Educación a Distancia, suspendida finalmente por su no menos polémica presencia en el funeral de Estado de Adolfo Suárez, y ante el Instituto Cervantes de Bruselas, cobrara aún más vuelo. Aunque la Casa del Rey se apresurara a desmentir el más mínimo papel del Monarca en estas invitaciones.

La Zarzuela subrayó, en contra de lo señalado por Obiang, que don Juan Carlos «ni ha intervenido ni ha influido» en el hecho de que el presidente de uno de los dieciseis regímenes autocráticos de África, y único Estado del continente que fue colonia española y donde se habla español, estuviera el lunes en la Catedral de la Almudena, donde ambos se estrecharon la mano, o que ayer diera una charla bajo el título 'El español en África' en el Instituto Cervantes en Bruselas.

En el funeral por Súarez, según aseguran en la Casa del Rey y en la Moncloa, fue el Gobierno el que remitió a las embajadas las invitaciones, pero cada país designó a su representante. Sólo Guinea Ecuatorial optó por un jefe de Estado. En cuanto al acto en el Cervantes, el Ejecutivo siempre ha esgrimido que fue la embajada del país africano en Bélgica la que impulsó tanto ese evento como el de la UNED aprovechando la asistencia de Obiang a la cumbre UE-África que tendrá lugar entre hoy y mañana en Bruselas.

La noticia de que el presidente guineano, que ocupa su cargo desde que en 1979 triunfó el golpe de Estado contra su tío Francisco Macías Ngema, sería el protagonista de sendos actos culturales en dos organismos españoles provocó ya un gran revuelto político hace dos semanas, pero entre los partidos minoritarios. El PP optó por ignorar la cuestión y el PSOE evitó la crítica. De hecho, la exministra de Asuntos Exteriores Trinidad Jiménez señaló incluso que situaciones como esta se producen cuando existen «relaciones diplomáticas normalizadas» con un país como Guinea.

Embajador del español

La última visita oficial de Obiang a España se produjo, no en vano, en 2006 con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero; en 2009, el entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, viajó a la excolonia; en 2011, fue el entonces presidente del Congreso, José Bono, acompañado de diputados de PP, CiU y PSOE, quien voló al país africano, y en julio de ese mismo año la propia Jiménez inauguró la nueva Cancillería de la Embajada de España en Malabo.

A pesar de que, en un primer momento, Exteriores y Educación, los dos ministerios a priori implicados, se desentendieron de los eventos previstos en la UNED y el Cervantes, el secretario general del instituto encargado de fomentar la difusión del español en el mundo, Rafael Rodríguez-Ponga, no sólo ejerció de anfitrión de Obiang en la sede de Bruselas sino que agradeció la iniciativa del embajador guineano.

El propio dictador se esforzó por encuadrar su charla en un contexto meramente cultural y arremetió contra aquellos que la criticaron, a los que tildó de «nostálgicos» con razones «que nada tienen que ver con el desarrollo de la lengua del español». Así, puso en valor que su Gobierno defienda el uso de este idioma como lengua de trabajo en la Unión Africana, la Comunidad Económica de Estados del África Occidental o la Comisión del Golfo de Guinea, pese a la predominancia de otras «lenguas fuertes» como el francés, el inglés o el portugués. Es decir, se presentó como el «mejor embajador» del español en África.

Los intereses económicos en un país rico en recursos naturales, especialmente en petróleo, no sólo condicionan las relaciones españolas con Guinea sino las de la UE. Obiang, que mantuvo un encuentro con empresarios en la Cámara de Empresarios de España en Bruselas, también fue recibido por el vicepresidente de la Comisión y responsable de Industria, Antonio Tajani. Y, según señaló el propio comisiario en un comunicado, ambos acordaron «redoblar el esfuerzo de acercamiento empresarial e industrial entre ambos continentes desde la esfera de competencias de cada uno».

No es la primera vez que los lazos con Guinea levantan ampollas. Hace cuatro meses, la celebración de un partido amistoso de la selección española de fútbol en la capital del país también provocó críticas que el seleccionador, Vicente del Bosque, soslayó de un plumazo: «No venimos a apoyar ni a derrocar a nadie».