Un fármaco de 2 euros para ahorrar 10 billones a Europa
Un estudio del CNIC demuestra que administrar metoprolol durante el traslado de un infartado reduce los costes sanitarios
MADRID. Actualizado: GuardarUn medicamento que cuesta unos dos euros puede ser la válvula de escape para las asfixiadas cuentas de las administraciones públicas de todo el Viejo Continente. Hasta 10 billones -sí, con 'b'- podría ahorrar el metoprolol si se administra en el momento justo y al paciente determinado. Así de contundente se muestran los investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) que acaban de publicar en el Journal of the American College of Cardiology (JACC) -la revista de referencia en el mundo cardiovascular- los resultados de este sorprendente ensayo.
Este estudio es la continuación de otro que se presentó hace unos meses sobre la aplicación de este medicamento. Entonces, los investigadores españoles demostraban que los pacientes que habían sufrido un infarto y habían recibido el metoprolol durante el traslado al centro hospitalario, tenían una cantidad de músculo cardiaco necrosado mucho menor que aquellos a los que no fue administrado. Ahora, esta continuación del estudio demuestra que la proporción de pacientes con una función contráctil del corazón severamente deteriorada es un 60% menor que en el grupo que recibió el fármaco. Esto implica que al ser los daños menores, los gastos posteriores para tratar a los pacientes infartados son a su vez inferiores.
Los investigadores del CNIC se dieron cuenta que se producía una tasa de reingresos por insuficiencia cardiaca crónica mucho menor y se detectó que este tratamiento agudo inicial con metoprolol fue capaz de reducir de forma masiva la necesidad de implantar un desfibrilador automático implantable. «La posibilidad de reducir de forma tan importante los casos de insuficiencia cardiaca crónica con un tratamiento muy barato (el fármaco cuesta menos de 2 euros) es algo que puede derivar en un ahorro tremendo para los sistemas sanitarios en toda Europa», señala Borja Ibáñez, investigador principal del estudio Metocard-CNIC en el que han participado el hospital Meixoeiro (Galicia), el de León, el Marqués de Valdecilla (Santander) y cinco hospitales madrileños: San Carlos, La Princesa, 12 de Octubre, Puerta de Hierro y Quirón.
«Se ha podido demostrar el efecto tan beneficioso y mantenido de este tratamiento gracias a la realización de una resonancia magnética cardiaca avanzada de seguimiento a la práctica totalidad de los pacientes del ensayo», indica el doctor Gonzalo Pizarro.
Servicios de emergencias
La estimación de los investigadores es que si solo la mitad de los infartados fueran tratados en la ambulancia camino del hospital, el ahorro en los tratamientos de insuficiencia cardiaca pueden alcanzar la astronómica cifra de 10 billones de euros. Para apuntalar bien este ahorro, el CNIC ha entrado en contacto con hospitales de toda Europa para realizar un ensayo clínico mucho más amplio con 3.000 personas. Para conseguirlo, se está formando un consorcio europeo, liderado desde España, que cuenta ya con investigadores de Polonia, Suecia, Reino Unido, Serbia, Dinamarca, Francia, Alemania, Bélgica y Holanda. «Debe ser un proyecto de bandera que refuerce el liderazgo internacional de España en las enfermedades cardiovasculares», señala Ibáñez.
El estudio publicado en el JACC y presentado ayer en el congreso de la Sociedad Americana de Caridiología recalca la importancia del trabajo de los servicios de emergencias para reducir la incidencia de los infartos. «Estos servicios son el primer eslabón de la cadena de atención al paciente. Tenemos datos indirectos que demuestran que cuanto antes se administre el metoprolol en el curso del infarto, mayor será el beneficio del mismo», señala Vicente Sánchez-Brunete, médico del SUMMA 112, los servicios de urgencias médicas de la Comunidad de Madrid. Este colectivo, junto a sus colegas de Galicia y del Ayuntamiento de Madrid, han sido los que han llevado a cabo los experimentos en primera persona. «Este programa puede cambiar las guías de actuación clínica», comenta el doctor Sánchez-Brunete.
personas formarán parte del siguiente paso del ensayo clínico, que se amplía al ámbito europeo. Dinamarca, Francia, Serbia o Alemania ya han mostrado interés.