Roger-Emile Lombertie (segundo por la izquierda), de UMP, celebra ayer su victoria en Limoges, en manos socialistas de 1912. :: P. L. / AFP
MUNDO

Descalabro histórico de la izquierda francesa

La ola triunfal de los conservadores en las municipales fuerza a Hollande a una inminente remodelación del Gobierno

PARÍS. Actualizado: Guardar
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El centroderecha ratificó ayer su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones municipales y endosó a la izquierda una derrota histórica que fuerza al socialista François Hollande a una inminente remodelación del Gobierno francés. Ante la contundencia del varapalo no sería de extrañar que la crisis provoque el relevo de Jean-Marc Ayrault como primer ministro. El vuelco electoral del mapa electoral local provocado por la ola conservadora estuvo acompañado del avance sin precedentes de la ultraderecha con la conquista de ocho municipios.

La oposición conservadora, que había evitado todo triunfalismo hace una semana, celebró con júbilo su primer éxito en un escrutinio local desde 2002. No solo conservó Marsella, la segunda capital francesa, sino que esperaba reconquistar cerca de un centenar de municipios al aprovecharse del descalabro de la izquierda gobernante. La euforia desatada en sus filas abriga la esperanza de recuperar en setiembre el control del Senado, un hemiciclo que forma parte tradicionalmente de su patrimonio. A medio plazo los más optimistas sueñan con acometer en 2015 la reconquista de las regiones, de las que la izquierda preside 21 de 22, como antesala al asalto del Elíseo en 2017.

El partido de Marine Le Pen, que en la primera vuelta había conquistado la alcaldía de Hénin-Beaumont, sumó ayer las de Fréjus, Beaucaire, Hayange y otros cinco municipios además de acumular unos 1.200 concejales, su mejor resultado histórico en una consulta local. Pero fracasó en su tentativa de hacerse con Perpiñán así como Aviñón y Reims a pesar de que éstas últimas se disputaban en contiendas a tres bandas que en principio le favorecían.

El triunfo del periodista Robert Ménard, fundador en 1985 de Reporteros Sin Fronteras, es significativo del emergente populismo eurófobo. Apoyado por el FN y grupos soberanistas, el novato en política arrebató con 60 años a la UMP la alcaldía de Béziers, una ciudad de 71.000 habitantes con una tasa de paro del 15,6%, cinco puntos superior a la media nacional. Trotskista en su juventud, Ménard votó tras asistir a misa con su esposa en la catedral de Saint-Nazaire.

Los centristas se ampararon de Pau, gestionada por los socialistas desde 1971, gracias a François Bayoru que en las presidenciales había llamado a votar por Hollande y ahora tenía un acuerdo de no agresión con la derecha. Los ecologistas, con el apoyo del izquierdista Parti de Gauche, dejaron a sus aliados socialistas en el Gobierno central sin el ayuntamiento de Grenoble.

Huelga de votos

Además de Toulouse, cuarta metrópoli del país, la izquierda encajó pérdidas significativas como Limoges, en sus manos desde 1912, Valentigney donde fue derrotado el ministro de Economía Pierre Moscovici, o Quimper, gobernada por el amigo íntimo y consejero personal de Hollande Bernard Popignant. Entre sus contados motivos de satisfacción, los socialistas conservaron París merced al triunfo de Anne Hidalgo y Lille gracias a Martine Aubry mientras arrebataron Aviñón a la derecha perjudicada por la competencia de una lista ultra que había sido la más votada en la primera ronda. También mantuvieron la gestión de Estrasburgo y Dijon.

El nuevo récord de abstención castigó a los socialistas. Según las estimaciones de las empresas demoscópicas, entre el 38% y el 38,5% de los inscritos en el censo eludieron la cita con las urnas, un hito de desafecto democrático en la Quinta República fundada en 1958 por el general De Gaulle. Hasta la fecha la cifra más alta de abstención en unas municipales se había registrado en la segunda vuelta de la anterior consulta en 2008 con el 34,88%.

Los simpatizantes del partido de Hollande se mantuvieron en la huelga de votos que ya habían realizado el domingo anterior como expresión por pasiva de su descontento. Según los estudios en la primera ronda la tasa de participación del electorado socialista fue del 68% frente al 72% del conservador y el 79% del centrista. La abstención global ya había marcado entonces un mínimo histórico con un porcentaje del 36,45%.

por ciento de abstención se ha registrado en estas elecciones,el mayor hasta el momento.

es el número de alcaldías logradas por el Frente Nacional de Marine Le Pen. Su mejor resultado en unas municipales.