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Obama pide a Putin que despeje la frontera

Los ultras amenazan a la capital con otra revuelta mientras Yanukóvich reaparece para exigir más referendos regionales

MOSCÚ. Actualizado: Guardar
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Las dificultades que tienen que afrontar las nuevas autoridades de Kiev se multiplican. A la grave situación económica del país y la pérdida de Crimea se suman la presión militar rusa en la frontera y las desestabilizadoras diatribas del depuesto presidente, Víctor Yanukóvich, desde Rusia. Y ahora, tras la muerte del feroz líder ultranacionalista Alexánder Muzichko, se unen las amenazas de la organización radical 'Pravi Séktor' (Sector Derecho) de iniciar una campaña de movilizaciones hasta lograr la dimisión del ministro de Interior, Arsén Avákov.

Pero lo que más preocupa en Ucrania y Occidente es la presencia de tropas de Moscú junto a la frontera este de Ucrania. El presidente estadounidense, Barack Obama, instó ayer a su homólogo ruso, Vladímir Putin, a que retire sus ejércitos de la zona y deje de amedrentar a Ucrania. Lo hizo durante una entrevista ofrecida en Roma al canal norteamericano CBS, en la que también pidió al Kremlin un «diálogo» con los nuevos dirigentes ucranianos y el resto de la comunidad internacional. Según Obama, la decisión de Putin de concentrar tropas junto a la frontera ucraniana «puede pretender simplemente intimidar o tal vez tenga planes adicionales», en alusión a una posible invasión como la llevada a cabo en Crimea.

En Kiev se teme que Rusia intervenga y ayer el presidente en funciones, Alexánder Turchínov, inspeccionó algunos refugios antiaéreos en la capital. Su Gobierno ya ha alertado repetidamente sobre la llegada de columnas de blindados y vehículos militares a las proximidades de la línea fronteriza procedentes de Rostov del Don. Moscú, sin embargo, negó el despliegue de unidades militares al este de Ucrania. También desmintió en su momento que fueran suyos los soldados que ocuparon Crimea.

«Persecución implacable»

La tensión también crece en la capital ucraniana, después de que el jueves por la noche cerca de 2.000 militantes de 'Pravi Séktor', cuyos activistas constituyeron el núcleo principal del servicio de orden del Maidán durante las protestas, se lanzaron al asalto del edificio de la Rada Suprema (Parlamento) mientras en su interior los diputados debatían el draconiano plan de ajustes presentado por el Gobierno. Rompieron cristales y trataron de forzar una de las puertas, pero fracasaron en su objetivo de irrumpir en el hemiciclo. El líder de 'Pravi Séktor', Dmitri Yarosh, ha advertido de que acciones similares se repetirán mientras no sea destituido Avákov, a quien culpa de la muerte, el lunes por la noche, de Muzichko en Rovno (oeste de Ucrania). Yarosh, candidato en los comicios presidenciales del 25 de mayo, recrimina también al titular de Interior que lanzase contra su partido una «persecución implacable», que contempla incluso la ilegalización.

Avákov insiste en que a Muzichko se le disparó accidentalmente el arma cuando forcejeaba con un agentes de la unidad especial de la Policía 'Sókol' (halcón), que pretendía arrestarlo. Pero Yarosh asegura que lo mataron a sangre fría después de habérselo llevado esposado. En cualquier caso, el ministro actuará «con dureza con los criminales que violan las leyes haciendo uso de las armas». Muchos activistas de Sector Derecho, no sólo Muzichko, las utilizan habitualmente. El presidente Turchínov ve a Rusia detrás de las bravuconadas de 'Pravi Séktor'. «Los rusos no consiguieron encender la llama del separatismo en las regiones (.), por eso intentan desestabilizar la situación en el corazón de Ucrania, en Kiev», declaró ayer.

Críticas a los recortes

En este contexto de crispación que divide a los que compartieron barricadas en las protestas apareció ayer un nuevo comunicado de Yanukóvich difundido por las agencias rusas. El presidente depuesto llamó a los ucranianos a exigir consultas populares como la celebrada el día 16 en Crimea «para determinar el estatus de cada región de Ucrania».

Como en su anterior comparecencia y en la rueda de prensa del 28 de febrero, una semana después de huir de Kiev, el exjefe del Estado reiteró que los dirigentes del país «no son legítimos» y tampoco las elecciones de mayo. Yanukóvich no desaprovechó la ocasión de criticar duramente los recortes que el Ejecutivo se dispone a aplicar a instancias del FMI para sacar a flote la economía del país y evitar la quiebra.