Un piloto australiano realiza un reconocimiento de la zona. :: REUTERS
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Nuevas «pistas fiables» desplazan la búsqueda del avión malasio hacia Australia

SÍDNEY. Actualizado: Guardar
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Los equipos de reconocimiento cambiaron ayer el área de búsqueda del avión malasio desaparecido el pasado 8 de marzo con 239 personas a bordo. Tras conocerse «nuevas pistas fiables» sobre su paradero, la zona se ha redefinido y reducido y ahora se encuentra más cerca de Australia, 1.100 kilómetros al noreste de donde se estaba trabajando y a 1.850 kilómetros al oeste de la localidad de Perth.

«Ayer, el proceso dio nuevos resultados que indican que el MH370 voló a mayor velocidad de la estimada previamente, lo que conlleva que consumió más combustible y no pudo llegar tan lejos», confirmó el ministro de Defensa y Transportes de Malasia, Hishamudin Husein. Horas antes la Autoridad de Seguridad Marítima Australiana (AMSA) había anunciado ya el desplazamiento de la zona de búsqueda a consecuencia de una nueva pista «creíble» facilitada por las autoridades de Malasia.

En su comparecencia ante los medios, Husein indicó que el grupo de trabajo que investiga la desaparición del Boeing 777-200ER ha «reevaluado» los datos existentes, tanto los proporcionados por el satélite de Inmarsat como los de «radares y las estimaciones sobre el comportamiento de la aeronave». Tras este reajuste, la nueva zona de búsqueda parece ser compatible con los objetos que han sido identificados vía satélite en los últimos días. «Este proceso de reexaminar los datos es normal en una operación como esta y con cada paso que damos estamos más cerca de entender la trayectoria del aparato», dijo el ministro.

La nueva zona, de 319.000 kilómetros cuadrados, ofrece unas condiciones climatológicas y marinas mejores que la anterior, aunque sigue presentando dificultades. Además, la mayor proximidad a la ciudad de Perth permitirá a los aviones dedicar más horas al reconocimiento. La AMSA anunció ayer antes de concluir la búsqueda diaria que un avión Orión de la Fuerza Aérea de Nueva Zelanda, había fotografiado objetos dentro de este perímetro, aunque sólo se sabrá si pertenecen al Boeing desaparecido cuando un barco los pueda recoger hoy.

Expertos chinos citados por el diario South China Morning Post calculaban ayer que esta podría ser la búsqueda más cara de la historia de la aviación y superar los 200 millones de dólares anuales, algo más de 145 millones de euros.