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Malasia reconoce que tiene datos secretos sobre el vuelo desaparecido
El Gobierno justifica así la confirmación de que el Boeing se estrelló, pero no se ha recuperado nada que lo certifique
SHANGHÁI. Actualizado: GuardarLos satélites continúan siendo la mejor fuente de información en el misterioso caso del vuelo MH370. Fueron estos ojos en el espacio los que primero detectaron dos objetos flotantes que podrían pertenecer al Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines, desaparecido el pasado día 8, y siguen siendo clave para determinar el lugar del sur del océano Índico, una de las zonas más remotas de la Tierra, en el que podría haber caído el avión. De hecho, ayer fueron los satélites franceses los que fotografiaron 122 objetos, de hasta 23 metros de longitud, 2.500 kilómetros al oeste de la ciudad australiana de Perth. Doce aviones y seis barcos buscan desde ayer en la zona la confirmación de que el aparato se estrelló, tal y como afirmó el lunes el Gobierno de Malasia.
No es fácil. La superficie en la que podrían estar los restos del avión es de unos 80.000 kilómetros cuadrados repartidos en tres áreas diferentes, una extensión todavía excesiva como para enviar a los submarinos especializados en localizar las cajas negras del avión, el único elemento que puede dar información veraz sobre lo sucedido a bordo.
La tesis del secuestro
El problema está en que, además de que se desconoce su ubicación, las grabadoras de los datos del vuelo podrían estar a una profundidad de hasta 4.000 metros. Y, para complicar aún más las cosas, los expertos apuntan a que los volcanes submarinos existentes en la zona pueden convertirse en un gran escollo para dar con las cajas negras. «Hacen que la superficie sea muy rugosa, desigual, con profundas simas y, además, de morfología cambiante», apuntó Robin Beaman, un geólogo marino de la Universidad James Cook de Queensland.
Mientras tanto, el Gobierno malasio echa más leña al fuego de las críticas por la gestión de la crisis: según el diario de Singapur The Straits Times, el grupo de investigadores aseguró ayer a los allegados de los 229 pasajeros que volaban a bordo del avión que cuentan con información secreta suficiente como para sustentar la certeza de que el Boeing se estrelló en el océano. Esa información que no pueden hacer pública incluye transcripciones de conversaciones con el centro de control de tráfico, datos del radar, y grabaciones de los equipos de seguridad del aeropuerto. El hecho de que todo ello sea clasificado da alas a quienes creen que a bordo se produjo un secuestro del que las autoridades sí que tenían constancia, y que algo que no se quiere dar a conocer falló en su trágico desenlace.
No obstante, Malasia niega tal extremo y hace hincapié en la dificultad de la operación de localización y rescate. Pero los familiares de los pasajeros continúan airados. «Exigimos que retiren la confirmación de que el avión se estrelló hasta que no muestren una prueba concluyente de ello», pidió uno de ellos en una reunión que celebraron con autoridades malasias en Pekín.