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La Policía usó gas lacrimógeno
Por primera vez desde hace años, los antidisturbios lanzaron el 22M en Madrid al menos tres botes para rescatar a quince agentes atrapados en la multitud
MADRID. Actualizado: GuardarLas Unidades de Intervención de la Policía (UIP, antidisturbios) usaron, por primera vez desde que empezaran las manifestaciones de indignados y por primera vez en muchos años, gas lacrimógeno para disolver a los violentos tras las manifestaciones del 22M en Madrid.
Según desvelaron fuentes policiales, al menos se lanzaron tres botes de gas irritante en las inmediaciones de la plaza de Colón. De acuerdo con estas mismas fuentes, en todos los casos el uso de este gas, muy poco utilizado aunque es legal, fue para intentar rescatar a los quince miembros del Grupo 7 de la UIP de Madrid que habían quedado atrapados entre la multitud en el paseo de Recoletos al intentar ayudar a los agentes de la Policía Municipal que estaban siendo apaleados y lapidados por centenares de violentos.
El uso del gas lacrimógeno fue reconocido ayer por responsables policiales después de que este periódico tuviera en su poder imágenes en las que se aprecia que el humo que sale de varios botes lanzados por la Policía en la refriega no era del denominado de «ocultación», que es inocuo, sino que provocó irritaciones y vómitos entre las personas que se encontraban cerca, entre ellos radicales, pero también fotógrafos.
La utilización de gas irritante está muy restringida en los protocolos de actuación de los antidisturbios, ya que puede provocar graves dolencias respiratorias a personas con problemas previos. Su uso, que causa una sensación de asfixia, solo puede ser ordenado por el mando del operativo. Interior no quiso desvelar quién fue el responsable que mandó lanzar botes lacrimógenos.
«Matad a esos hijos de puta»
Entretanto, la Brigada de Información de la Policía Nacional de Madrid rastrea desde hace dos días internet en busca de vídeos en la red sobre los disturbios del pasado sábado en Madrid colgados por ciudadanos, manifestantes y los propios violentos. Los agentes, que también analizan grabaciones hechas por policías infiltrados, tratan de identificar a los cabecillas de los grupos «organizados» que tendieron una emboscada a medio centenar de funcionarios y lograron apedrear a quince de ellos al término de las manifestación en el paseo de Recoletos.
Este periódico ha tenido acceso a cuatro de las grabaciones que revisan los expertos. Todas han sido recuperadas de las redes sociales y versan sobre el momento más crítico de los disturbios, el de las 20.30 horas, cuando el ya famoso Grupo 7 de la UIP de Madrid quedó aislado y fue atacado durante diez minutos. Según los especialistas, las grabaciones muestran que la operación fue «perfectamente» coordinada y que usaron tácticas de guerrilla urbana, órdenes y cadena de mando.
En el primero de los vídeos no se ve a los atacantes, pero se escuchan sus gritos mientras los funcionarios se retiran bajo una lluvia de piedras: «¡Sufrid, hijos de puta, sufrid!». Y las primeras órdenes de los jefes de las revueltas: «¡Atacad, atacad!»
En la segunda grabación se oye la consigna de los radicales que se han dado cuenta de la delicadísima situación en que está la furgoneta de la Policía Municipal y los antidisturbios que han ido rescatarla: «¡Matad a esos hijos de puta!». En la misma cinta se ve a uno de los cabecillas encapuchados que patea en el suelo a un agente herido en la cabeza y que ha perdido el casco mientras era atendido por los paramédicos.
Ese mismo atacante protagoniza un episodio posterior hasta ahora inédito en las refriegas con los antidisturbios. Intenta capturar a un agente para llevarlo a la turba para que sea «linchado», en palabras de los investigadores. El agresor, como se aprecia en las imágenes, trata de llevarse agarrado por la espalda al agente 1u725, que en esos momentos trata de proteger a uno de sus compañeros heridos. El policía, sin embargo, logra zafarse e incorporarse al grupo que se repliega. Solo instantes después se escucha otra orden de los radicales: «¡Al suelo, al suelo con ellos!».
En la tercera de las grabaciones se aprecia cómo los atacantes avanzan de manera coordinada, en un solo frente, contra los antidisturbios que se han quedado solos. Alguno de los líderes de la revuelta anima a los suyos a no cejar con la lluvia de piedras y adoquines que cae sobre el subgrupo aislado. «¡Bien arrinconaditos! ¡Ahí, a recibir!».
En el último vídeo se aprecia claridad los rostros de varios atacantes que durante varios minutos se dedicaron a romper aceras, adoquines y a sacar piedras de las fuentes cercanas para usarlas como munición. «¡Más piedras, más piedras!», reclaman desde la primera línea. «¡A por ellos!». «¡Cuidado que nos rodean!».
Al final, fueron 24 los detenidos entre los cientos de violentos. Solo uno ingresó en prisión. Se trata del madrileño de 20 años Miguel M. S., sin antecedentes penales. Según el juez de instrucción 30 de Madrid, Francisco Javier Tejeiro, tras la refriega con los quince policías que quedaron aislados en el paseo de Recoletos frente a un millar de violentos, el imputado se dirigió por el paseo del Prado hacia la glorieta de Carlos V, donde se encuentra la estación de Atocha, «manifestando a los viandantes» entre otras cosas: «Voy todo de subidón porque en las cargas de Recoletos fuimos capaces de rodear a un policía y yo le tiré una piedra en la cabeza cuando estaba en el suelo. Mañana lo veréis en las noticias. Quedó inconsciente y se lo tuvieron que llevar arrastrando».