Casi 35.000 personas visitaron la capilla ardiente
La afluencia fue constante durante más de 17 horas, con colas kilométricas y esperas de hasta cuatro horas
MADRID. Actualizado: GuardarLa admiración popular a la figura y el legado de Adolfo Suárez no es una frase hecha sino una evidencia. Según los cálculos del Congreso, casi 35.000 ciudadanos desfilaron ante la capilla ardiente instalada en la sala de Pasos Pérdidos de la Cámara baja para mostrar sus respeto y despedirse de una de las piezas políticas clave para la recuperación de la democracia.
La capilla, tras la visita de los Reyes y las principales autoridades del Estado, se abrió al público que ya se agolpaba desde hacía horas en los alrededores del palacio de las Cortes al mediodía del lunes y pudo ser visitada por los ciudadanos durante algo más de 17 horas. Se cerró a las 2.20 horas de la madrugada de ayer para permitir que la familia del expresidente descansase antes de las honras de Estado y el entierro en Ávila. A petición de los hijos de Suárez se reabrió a las siete de la mañana durante tres horas más. Se hurtó al público solo la hora imprescindible para realizar todos los preparativos del acto oficial de despedida al exmandatario. La familia Suárez Illana confesó estar feliz y muy agradecida por la respuesta de los españoles y la admiración que habían demostrado a su padre.
La afluencia de los ciudadanos a la capilla fue masiva y constante. Desde su apertura, se formaron largas colas que iban en aumento con el paso de las horas. Ni la lluvia que hizo acto de presencia en varios momentos del lunes, ni las bajas temperaturas y el viento frío que se registraron en ambas jornadas, especialmente en las horas nocturnas, desanimaron a los congregados.
A partir de la tarde del lunes, en las horas con más afluencia de gente se formaron colas kilométricas que subían y bajaban de manera ordenada por todas las calles que hay entre la Puerta del Sol y la entrada principal al Congreso, lo que requirió del despliegue de un amplio dispositivo policial y de emergencias para prevenir incidentes. En los picos de asistencia, los ciudadanos llegaron a esperar para entrar en la capilla ardiente entre tres y cuatro horas en la calle.