Economia

España sufre los segundos precios más caros de la UE para acceder a internet

La Comisión denuncia una «lotería geográfica» y pide un mercado único al que Orange contribuiría comprando Jazztel tras la operación Vodafone-Ono

MADRID. Actualizado: Guardar
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Erre que erre, y con hasta cuatro informes distintos en la mano. La Comisión Europea (CE) volvió a poner ayer en tela de juicio la existencia de una competencia efectiva entre los distintos operadores de banda ancha que actúan en la UE, a la vista de la «lotería geográfica» que ha comprobado en lo que respecta tanto al precio como a la velocidad y la oferta de servicios.

La vicepresidenta de la CE y responsable de la llamada Agenda Digital, Neelie Kroes, lamentó que no exista un verdadero mercado único comunitario en esa materia. «Nada justifica que una persona tenga que pagar más de cuatro veces más que otra por el mismo tipo de acceso a internet», denunció en defensa de los derechos de los 400 millones de usuarios europeos de internet.

En el caso de España, los consumidores sufren los segundos precios más altos de la UE para el acceso a la Red por banda ancha, sólo por detrás de Chipre. Hablamos del coste mínimo de una conexión estándar de entre 12 y 30 Mbps (megabits por segundo), que en su caso sería de 38,7 euros frente a los 46,2 que son necesarios en la isla mediterránea. En un tercer escalón figura Irlanda, con un importe de 31,4 euros.

Para encontrar las tarifas más bajas del continente hay que mirar hacia el norte; con los 10,3 euros de Lituania, los 11,2 euros de Rumanía y los 14,6 euros de Letonia. Y entre los grandes de la UE, el rango medio de precios también es claramente inferior al de España: 18,1 euros en Reino Unido, 20,1 en Alemania, 25,3 en Francia y 26,3 en Italia.

Si hablamos de horquillas de tarifas, la más amplia se encuentra en Polonia, donde va desde los 20 hasta los 140 euros según el tipo de acceso a internet. La segunda mayor variedad de precios se encuentra en Croacia, con un mínimo de 30 euros y un máximo de 121 euros, mientras que en España el abanico va desde los 38 hasta los 62 euros.

Los datos corresponden a un estudio realizado en el primer trimestre de 2013 por la CE, que los compara con análisis similares de 2012 y 2011. La conclusión final es preocupante: los precios de las conexiones más comunes de banda ancha pueden llegar a ser hasta cuatro veces más altos en algunos países de la UE, incluso considerando su distinto nivel de poder adquisitivo.

Otros estudios conocidos ayer, y encargados también desde Bruselas, sostienen que las operadoras no son precisamente claras en sus ofertas. Así, tras hacer más de 7.000 millones de mediciones en las conexiones a la red, han determinado que dos de cada tres usuarios (66%) no sabe realmente qué velocidad ha contratado -en el 64% de los casos era inferior a la publicitada-, ni tampoco cuál le están sirviendo. De media, sólo obtienen el 75% de la banda ancha que habían suscrito.

Concentración del sector

En línea con ese mercado único en la banda ancha que va a impulsar la comisaria Kroes, desde Orange han iniciado ya contactos preliminares para adquirir Jazztel, que se ha revalorizado un 36% en la Bolsa desde principios de año -ayer cerró a 10,6 euros por título- ante el interés de la operadora francesa, acrecentado tras la compra de Ono por Vodafone.

El coste de la adquisición, según fuentes del sector del cable, se aproximaría a los 2.500 millones de euros, aunque la cotización actual de Jazztel llega a los 2.671 millones, el doble que su valor a mediados de 2013 y casi 14 veces su beneficio bruto de explotación (ebitda) el año pasado, que fue de 184 millones, frente a unos ingresos de 1.039 millones y una cartera de 1,45 millones de clientes.