Allegados a los condenados se lamentan al conocer la sentencia. :: AFP
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Condenados a muerte en Egipto 529 seguidores de Mohamed Mursi

La represión contra los Hermanos Musulmanes y sus partidarios se recrudece con un 'juicio exprés' que se decidió en dos sesiones

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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En una condena más propia de la época en la que los faraones gobernaban Egipto, un juez de Minia sentenció ayer a muerte a 529 seguidores de los Hermanos Musulmanes, acusados de matar a un policía y de protagonizar disturbios el verano pasado. El macrojuicio exprés, cuyo veredicto se ha alcanzó en sólo dos sesiones y sin que la defensa pudiera presentar sus argumentos, marca una nueva cumbre en la campaña de represión que las autoridades han lanzado contra la oposición después del golpe de Estado del 3 de julio. «Han pasado de usar a las fuerzas especiales y los rifles a utilizar a la judicatura (contra la oposición)», denunció a este diario Abdullah el Haddad, uno de los portavoces de la oficina de prensa de los Hermanos Musulmanes en Londres.

La sentencia del juez Said Yusef es la mayor condena a muerte colectiva de la historia moderna de Egipto, denuncian los grupos de derechos humanos en el país, que lamentan el deterioro de las instituciones judiciales. Amnistía Internacional la ha descrito como una «prueba grotesca de los fallos y de la naturaleza selectiva del sistema judicial egipcio», y los Hermanos Musulmanes, como un «nuevo crimen del golpe militar». Sólo 147 de los condenados se encuentran en manos de la justicia. El resto fueron sentenciados en rebeldía. Dieciséis personas quedaron absueltas.

El durísimo veredicto condena los hechos ocurridos en los días posteriores al 14 de agosto de 2013, cuando se produjeron numerosos asaltos a comisarías, edificios públicos e iglesias tras el desmantelamiento de las acampadas de protesta de las plazas de Rabaa el-Adauiya y Nahda, en las que cientos de seguidores de depuesto presidente democrático Mohamed Mursi fueron masacrados por las fuerzas de seguridad. Los condenados están acusados de matar a un coronel de la Policía e intentar asesinar a otros dos agentes, así como de incendiar una comisaría y robar armas.

Posible apelación

La sentencia pone de relieve la arbitrariedad de las penas impuestas por un sistema judicial que hace apenas una semana condenaba a 10 años a un mando de la policía por la muerte de 37 detenidos. La celeridad con la que se alcanzó el veredicto, tras sólo dos breves sesiones, también contrasta con los dilatados juicios a otras personalidades, como el último exministro del Interior de Hosni Mubarak, Habib el-Adli, que se ha prolongado durante años. «Cuando un juicio empieza un sábado con una vista de procedimiento, y el juez ni escucha a los abogados o a los testigos y ni llama a los acusados, estamos ante un grupo de matones y no de jueces», denunciaba a Reuters un familiar de uno de los detenidos.

El Ministerio de Exteriores, posiblemente preocupado por la terrible imagen que el veredicto proyecta de las nuevas autoridades, recordó en un comunicado que puede ser apelado, después de que la mayor autoridad religiosa del país, el Gran Mufti, se pronuncie sobre el caso.