Apuntes

Corrupción del nuevo rico

Muchos gobernantes decidieron gastar el dinero alegremente sin pensar en el mañana

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Nunca nos llovió tanto dinero desde que abandonamos la dictadura, nos incorporamos a Europa y declararon a la península zona preferente para los fondos europeos que buscaban dinamizar la economía española y sacar a la península del atraso. Como el nuevo rico que aparece en todas las comparaciones odiosas, muchos gobernantes de este país tan cañí, decidieron gastar el dinero que les entraba a espuertas alegremente en proyectos innecesarios, en contratar a sus amigos y a los hijos de sus amigos -sólo hay que mirar la nómina de empleados de algunas empresas públicas, ayuntamientos...y su relación con partidos políticos-. El interés se centraba, sobre todo, en favorecer a los suyos aunque fuera a costa de todos los demás. Esa red de favores supuso desde saltarse la ley a la torera hasta amoldarla a su antojo. Eso fue el caso de los más atrevidos, algunos de los cuales durmieron temporadas en el hotel la reja. Temporadas excesivamente cortas, piensan muchos.

Esa sensación de nuevo rico también propició una relajación absoluta sobre el control de los caudales públicos, los procedimientos administrativos y la tutela que debe garantizar un gobernante sobre el bienestar de un pueblo que dice vivir en democracia. Ante la creencia de que la fiesta nunca se acabaría, jamás se pensó que los refuerzos que llegaban vía Europa, debían administrarse con cabeza porque algún día entrarían nuevos socios en el club que necesitarían de nuestra ayuda. Muchos alcaldes y presidentes de comunidades se les olvidó la enseñanza de la hormiga del cuento que guarda para el invierno.

El concepto de Estado, de beneficio común se les olvidó por completo. Y ahora, algunos de estos corruptos, pagan a medias sus pecados acudiendo a los juzgados.