Adolfo Suárez Illana, visiblemente emocionado, tras comunicar el «inminente» fallecimiento de su padre, el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez. :: ANDREA COMAS / REUTERS
ESPAÑA

La luz de Adolfo Suárez se apaga

El hijo del expresidente del Gobierno anuncia que la muerte de su padre puede ser «inminente»Ingresó el lunes en una clínica de Madrid aquejado de una neumonía que complica su estado neurológico

MADRID. Actualizado: Guardar
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La vida de Adolfo Suárez (Cebreros, 1932), uno de los personajes claves en la Transición española, se apaga. Su hijo, Adolfo Suárez Illana, comunicó ayer que el primer presidente del Gobierno elegido democráticamente en España desde 1936, podría fallecer en cuestión de horas.

Suárez ingresó el pasado lunes en la clínica Cemtrun de Madrid, aquejado de una neumonía que ha agravado el alzhéimer que padecía desde 2003. «Es inminente y puede ser mucho más rápido de lo que creemos», confesó su hijo en una comparecencia ante los medios de comunicación en la que no pudo contener las lágrimas. «Llevamos once años preparándonos para este momento, pero nunca es fácil», apostilló. Sin embargo, la falta de un parte médico oficial dejó abiertos muchos interrogantes.

Fuentes del equipo médico que atiende a Suárez matizaron, durante una conversación informal con periodistas, que el fatal desenlace tal vez no sea «tan inminente». Sí reconocieron el empeoramiento del estado de salud del duque de Suárez, título que recibió del manos del Rey en 1981, pocos meses después de dimitir a causa de las luchas internas que minaron a su partido (UCD), del aumento de los atentados terroristas de grupos de toda índole ideológica y de una moción de censura que le presentó el PSOE de Felipe González. La versión más fiable la ofreció la familia que fue la que convocó la rueda de prensa con apenas media hora de anticipación. Antes de intervenir ante los periodistas, Suárez Illana informó a don Juan Carlos y a Mariano Rajoy, que se encontraba en Bruselas participando en un Consejo Europeo, de que el estado de salud de su padre era crítico e irreversible hasta el punto de que había recibido la extremaunción.

«La gratitud de mi padre hacia el Rey es absoluta y gracias a don Juan Carlos hizo lo que más le gustaba», abundó un tanto atribulado su vástago. De hecho, el Monarca ha estado pendiente en la última década de la evolución del estado del hombre con el que compartió los primeros pasos de la incipiente democracia en 1977. Suárez Illana atribuyó a su padre y al Rey el éxito de aquel convulso proceso que puso fin a la dictadura de Franco. «Dos hombres -añadió- que cambiaron el rumbo de la historia de España y que, como dijo el Rey sin su ayuda España no hubiera volado ni tan alto, ni tan lejos».

Adolfo Suárez renunció a cualquier tipo de actividad pública incluso antes de que se le diagnosticara la grave enfermedad neurológica que padece. Su esposa falleció de cáncer en 2002 y él se mantuvo a su lado en todo momento. Su hijo aportó algunos datos de su evolución. Narró que la enfermedad de su padre fue muy rápida al principio y luego «se estancó». Confesó que desde ese fatídico primer diagnóstico, nunca pudieron mantener una relación intelectual con él, «aunque la mirada picarona la ha mantenido hasta el final».

«Nos ha regalado sonrisas»

Suárez Illana, visiblemente acongojado, sólo esbozó un leve gesto de satisfacción al contar que, pese a todo, su padre nunca padeció «dolor ni sufrimiento». Lo que nunca le faltó al expresidente, que en 1969 fue nombrado por el régimen franquista como director general de la Radio Televisión Española, fue el calor de los suyos.

Pese a la tristeza por el inminente desenlace, Suárez Illana aseveró que los últimos días están siendo «felices» para el expresidente, al que no cesan de visitarle sus familiares allegados, paro también parientes procedentes de su Ávila natal. «Nos ha regalado más sonrisas quizá que en los últimos cinco años», declamó. Además de Adolfo, le acompañan sus hijos Javier y Sonsoles y su hermano Polo, con el que departió en la mañana de ayer, porque el primer jefe del ejecutivo de la democracia no permanece en la UCI, sino en la primera planta del centro médico privado al que fue trasladado el lunes. En principio parecía una infección más como las que había padecido en los últimos años, pero no ha sido así.

Según el diagnóstico de su hijo, el duque de Suárez podría fallecer entre el domingo y el lunes, aunque nadie descarta que pueda ser antes. «El final está en manos de Dios», recordó. Lo que sí dejó claro Suárez Illana es que recibirá todo el apoyo médico necesario «para que no tenga ningún tipo de sufrimiento y dejarle marchar en paz». Tampoco pudo asegurar que sea él, o uno de sus hermanos, quien informe sobre el deceso. «Estoy al límite, a la siguiente no sé si voy a llegar, si no llego me perdonan y que sean los médicos los que la den, es inminente, y puede ser mucho más rápido de lo que creemos», espetó.