CÁDIZ

La vocación de enseñar se une al compromiso social

Hasta once centros educativos de Cádiz se encuentran vinculados con esta orden religiosa, siempre volcada en los más necesitados Los hermanos de La Salle ven reconocida su labor y vinculación con la provincia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Fue en el siglo XVII cuando San Juan Bautista de La Salle, junto con otros profesores, decidió organizar una escuela donde pudieran estudiar los más necesitados. Tres siglos después, los hermanos lasalianos mantienen el mismo objetivo: ser un pilar educativo y servir a la sociedad en la que se encuentran. En la provincia de Cádiz, los hermanos de La Salle han demostrado su interés no sólo por educar, sino también por formar como personas a sus alumnos y de cooperar con la sociedad en la que se encuentran, como se recordó hace justo un año en la celebración del 25 aniversario de Proyde, la ONG que, al amparo del colegio del Buen Consejo (Puerto Real), pone su granito de arena en la ayuda al desarrollo.

La provincia de Cádiz es, dentro de Andalucía, la que cuenta con más colegios lasalianos. Se trata de La Salle Mirandilla y La Salle Vña (Cádiz), La Salle San José (Chiclana), La Salle Santa Natalia (El Puerto) La Salle Buen Pastor, La Salle San José y Sagrado Corazón (Jerez), La Salle Ntra. Sra. Buen Consejo (Puerto Real), La Salle El Carmen (San Fernando) y La Salle (Sanlúcar). Y en todos, rige el mismo principio, instruir y educar al alumno «con miras a que cada uno salga de la escuela dotado de todo lo que necesita para vivir como persona».

En el caso de Cádiz capital, la vinculación de La Salle es más que centenaria. Así, el centro de La Mirandilla comenzó a funcionar el 25 de marzo de 1895, en un principio como colegio para los niños de los trabajadores del puerto, pero que fue incorporando a jóvenes hasta llenar las aulas. El modelo de construcción del centro fue llevado a cabo por un discípulo del arquitecto Eiffel. Sirva como ejemplo de su relación con la ciudad que el equipo de fútbol de la capital es heredero del antiguo Mirandilla CF, del que tomó los colores y la forma del escudo.

En el caso de La Salle Viña, hay que destacar cómo ha sabido implicarse en el día a día de la ciudad, como lo confirma los 35 años de historia de la asociación que lleva su nombre. En este tiempo, además del famoso coro viñero, ha sido uno de los impulsores de la vida cultural del barrio.