Unos manifestantes se enfrentan a las fuerzas gubernamentales. :: EFE
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Un «debate de ideas» para salvar Venezuela

La oposición abre el diálogo con el Gobierno de Maduro para frenar la violencia mientras las protestas claman contra la 'cubanización' del país

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La oposición se hizo ayer con el protagonismo que el sábado tuvo el oficialismo. Henrique Capriles admitió por televisión contactos con el Gobierno de Nicolás Maduro que se concretarían en un «debate en las próximas horas». Leopoldo López reiteró su inocencia y asumió «la responsabilidad de haber llamado a la calle». Y si es necesario, «lo volvería a hacer».

Sus seguidores volvieron a tomar la vía pública para protestar contra la «cubanización» de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), cuya actuación fue cuestionada por el gobernador de Miranda. El oficialismo también convocó su marcha hasta Miraflores un día después de que el presidente declarara el joropo y la casa natal de Chávez patrimonio cultural venezolano.

Pero la confirmación por parte de Capriles de nuevas conversaciones con el chavismo resulta esperanzadora para quienes desean la normalización de un país dividido casi a partes iguales. «Todo eso se está discutiendo en este momento. En las próximas horas tomaremos una decisión. Creo que el país merece ese debate. Un debate que debe producirse lo antes posible», afirmó en una entrevista con Televen.

El rival electoral del sucesor de Hugo Chávez reivindicó que «el diálogo no es un show de televisión». «Creo que sería un error no abrir un espacio para decirnos las cosas a la cara. Esa posibilidad tiene mucho más valor. El país necesita un debate de ideas», aseguró. También rechazó el apelativo de «cobarde».

Preso político

Por su parte, López, coordinador de Voluntad Popular, respondió a un cuestionario del diario 'El Universal' al cumplirse un mes de su entrega a las fuerzas del orden. El líder opositor asegura que «se equivocan quienes suponen que el régimen se cae, o claudica, por la situación económica». Preguntado si se equivocó al pensar que su paso tras las rejas sería breve, aseguró que «no calcula los tiempos. Hice lo correcto, lo que me dictaba mi conciencia, mi convicción y mi espíritu de lucha por Venezuela».

Agregó que estaba «preparado, física, mental, espiritual y familiarmente para asumir el tiempo que Dios disponga que esté en la cárcel. Mi mejor compañera, en la soledad de la celda, es mi inocencia».