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Crimea da el paso definitivo para su anexión a Rusia

El Parlamento solicita hoy la reunificación tras la aplastante victoria del 'sí', que anticipa nuevas consultas en las zonas rusófonas del país

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Fiesta por todo lo alto en Crimea. La jornada de referéndum cumplió el guion marcado por las autoridades regionales y el respaldo a la anexión a Rusia fue abrumador. El resultado final arrojó un 93% de apoyo, según los datos de los sondeos a pie de urna. La participación se elevó por encima del 70% en esta cita que se celebró bajo ocupación militar rusa y el despliegue de unidades de cosacos y de las fuerzas locales de autodefensa en los 1.200 centros de voto. El fondo habría sido el mismo en condiciones normales, pero las formas restaron valor a una decisión declarada «ilegal» por Estados Unidos y la Unión Europea, que no reconocen el nuevo estatus crimeo, algo que sobre el terreno comparten solo las minorías tártara y ucraniana. «Soy tártaro y todo me parece una farsa, un teatro orquestado por Moscú. Los rusos armados en cada calle y pretenden que votemos con tranquilidad, nos van a matar a todos, tenéis que ayudarnos», suplicaba el vigilante de una escuela de la calle Karl Marx que aprovecha la presencia masiva de medios internacionales para denunciar la situación que afronta esta minoría musulmana que representa al 14% de la población, que optó por el boicot a la consulta y denuncia fraude en las cifras finales.

Un cosaco con un látigo vigila las urnas en el Gimnasio Número Uno de la capital. Se presenta como Igor y dice que «nuestra misión es evitar provocaciones y garantizar que la jornada discurre con normalidad». Algo que corrobora Joann Gudenus, número dos del Partido Liberal Austriaco, que junto a otras 20 personas de formaciones de ultraderecha, comunistas y de otro tipo de organismos sin excesivo perfil político formó parte de la misión de observación organizada por el Observatorio para Elecciones y Democracia, con sede en Bruselas. «Todo es normal y la gente acude a votar en libertad. Estados Unidos y la Unión Europea declaran ilegal este referéndum porque todo lo que va contra los intereses de Washington les parece ilegal, pero nosotros tenemos libertad total de movimientos y formalmente todo es correcto». Cuando se le pregunta por la presencia de cosacos como Igor con un látigo de cuero, Gudenus bromea y dice que «igual lo utiliza para algún número de sadomasoquismo».

En los centros de voto de la capital se puso música de ambiente para animar la jornada. Algo innecesario para la mayor parte de una población de origen ruso que vivió la consulta como «una liberación». «¡Por fin regresamos a la madre patria después de 23 años huérfanos! La gente se ha levantado, ha dicho que es suficiente y es la hora del retorno», exclama una anciana que tira de su marido y tararea en voz alta el estribillo de 'El Día de la Victoria', mítica canción soviética de la II Guerra Mundial, que reza «con lágrimas en los ojos, con lágrimas en nuestros ojos, ¡Día de la Victoria! ¡Día de la Victoria! ¡Día de la Victoria!»

Efecto dominó

Entre los más veteranos no hubo dudas y acudieron en masa a las urnas. Para aquellos con graves problemas de movilidad se dispuso un equipo de urnas móviles para que pudieran votar desde sus propias casas, las urnas las llevaban funcionarios que salían de las salas de voto y regresaban con las papeletas dentro al cabo de un rato sin ningún control de entrada y salida. La mirada al pasado es constante a la hora de reivindicar la anexión a Rusia, pero se divide entre los nostálgicos de la URSS y aquellos que se remontan a la etapa presoviética, como los cosacos vestidos con uniforme zarista que aprovecharon el día para repartir estampitas del Zar Nikolái Aleksándrovich Romanov con el lema «perdónanos, excelencia», para intentar limpiar a conciencia colectiva 97 años después de la ejecución en grupo de la familia real a manos de los bolcheviques.

«Nada de esto hubiera pasado si no llega a ocurrir el golpe en Kiev. La separación de Crimea de Ucrania es más una reacción a los grupos de ultraderecha que han tomado el poder que otra cosa, aquí todo estaba muy tranquilo, pero son una amenaza para los ciudadanos de origen ruso», confiesa Olga, profesora de inglés jubilada que disfruta del concierto al aire libre a las puertas del teatro Pushkin tras votar en la vecina Escuela Musical. Esta reflexión se repite entre muchos de los encuestados que subrayan que el fervor independentista se despertó hace apenas dos semanas. La amenaza de Kiev, unida a la inmediata respuesta de Moscú, revolucionó el proceso hasta llevar a la península del mar Negro a las puertas de convertirse en el sujeto 84 de la Federación Rusa. Hoy mismo, el Parlamento de Crimea pedirá oficialmente su reunificación con Rusia.

Crimea vivió una jornada de fiesta decretada por las autoridades regionales para celebrar los resultados oficiales y hacer el mayor ruido posible para mostrar el camino a seguir al resto de zonas con fuerte presencia de ciudadanos de origen ruso en Ucrania. El viceprimer ministro crimeo, Rustam Temirgaliyev, se mostró convencido de que este referéndum se repetirá en los próximos meses en otros puntos del país donde «un 75% de la población quiere unirse a Rusia».