El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su intervención, ayer, en la segunda jornada de la Convención Nacional de CDC, en Barcelona. :: TONI ALBIR / EFE
ESPAÑA

Mas mantiene el pulso al Gobierno y dice que la «astucia» de David venció a Goliat

María Dolores de Cospedal asegura que mientras el PP gobierne la integridad y unidad de España están aseguradas

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Si existe una solución negociada entre el Gobierno central y el autonómico para la cuestión catalana, a corto plazo cuesta avistarla en el horizonte. Las posiciones entre Madrid y Barcelona están cada vez más alejadas, la tensión aumenta a medida que se acerca el 9 de noviembre y, salvo para las cuestiones económicas, el único diálogo que trasciende entre ambas administraciones se produce a distancia y a golpe de declaración altisonante.

El enésimo cruce de amenazas y advertencias -cada uno sin moverse un ápice de su sitio- lo protagonizaron ayer a tres bandas el presidente del Gobierno, la secretaria general del Partido Popular y el presidente de la Generalitat. «Mientras el PP gobierne, está garantizada la unidad y la integridad de España», afirmó desde Toledo la número dos de los populares. María Dolores de Cospedal respondía de esta manera a las -a su juicio- «irresponsables y peligrosas» palabras de Artur Mas, quien a través del diario 'El Periódico de Catalunya' dio este domingo un paso más en su desafío y por primera vez no descartó la declaración unilateral de independencia para Cataluña. «No vamos a consentir que a ningún catalán le quite nadie el derecho de ser español y de ser europeo», dijo la también presidenta de Castilla-La Mancha. «Un gobernante tiene que cumplir la ley», avisó a Mas.

Pero el presidente catalán, lejos de recular por las advertencias de Madrid de que una Cataluña independiente «vagará» empobrecida fuera de la UE, ha puesto el turbo, ha recobrado el brío desde que en diciembre consiguió pactar la fecha y la pregunta de la consulta con Esquerra, Iniciativa y CUP y está convencido de que saldrá victorioso en el órdago que le ha lanzado al Estado. Al menos eso es lo que trata de transmitir a los suyos. «Que recuerden los que dicen que no lo conseguiremos que David venció a Goliat», aseguró en Barcelona en la clausura de la convención de Convergència Democrática. Es una cuestión de «astucia, determinación, voluntad» y no de fuerza, insistió aprovechándose del símil bíblico.

Rajoy no lo permitirá

Estas palabras de Mas llegaron el mismo día que el jefe del Ejecutivo central aseguró en ABC que no «pasará a la historia» como el presidente que permitió el referéndum. Ni Mas ni Rajoy dejan entrever una posición intermedia y por tanto uno de los dos errará en su vaticinio sobre el referéndum. El inquilino de la Moncloa cuenta entre sus cartas con la ley y la Constitución. En cambio, el presidente de la Generalitat se guarda el as alternativo de las elecciones catalanas vestidas de plebiscitarias, mientras espera la oferta que desde Madrid no llega.

Por ello, aprieta el acelerador. Aumenta la apuesta y airea el fantasma de la declaración unilateral, que se produciría tras los comicios autonómicos, que Mas quiere acompañar con una petición de amparo a Bruselas y a la ONU para dejar constancia de que Madrid, a diferencia de Londres, niega el referéndum a los catalanes. «No es nuestro marco ideal (la declaración unilateral), ni el mejor, ni el que queremos. Pero no podemos descartarlo», dijo en el rotativo catalán, saliéndose de su libro de estilo, que defiende un proceso soberanista escrupuloso con la legalidad. Sin embargo, a Mas y a Convergència les han entrado las prisas. Sienten la presión de la cada vez más poderosa Asamblea Nacional Catalana, que ha fijado para el 23-4-2015 la fecha de la proclamación de la independencia, y no pueden mostrar la más mínima debilidad en su determinación soberanista, sobre todo en periodo electoral. Así, la formación aprobó en la jornada de clausura de su convención un manifiesto en el que reitera su compromiso por una «Cataluña libre» y por apostar por el 9-N como una oportunidad para que «Cataluña se dote de un nuevo Estado». «Nunca hasta ahora el sueño estaba tan cerca», afirma el documento, que aboga por iniciar un proceso para promulgar de una Constitución catalana.

La estrategia de Rajoy, mientras, busca que el propio devenir del proceso erosione a sus protagonistas y que las alianzas en el frente soberanista, hasta ahora sólidas, empiecen a hacer aguas. Primero se desmarcó el PSC, Iniciativa mantiene un debate profundo, a CiU le esperan meses complicados y entre Mas y Junqueras ya se han producido los primeros desencuentros.