Vigilantes de la frontera avanzada
Marines y pilotos del Ejército de Tierra se adiestran con el 'Osprey', un moderno avión con prestaciones de helicóptero EE UU y España realizan maniobras conjuntas en la base sevillana de Morón de la Frontera
SEVILLA. Actualizado: GuardarEl aumento de la presencia militar norteamericana pone de manifiesto la importancia geoestratégica de España en el nuevo escenario de conflicto, en la defensa de las llamadas «fronteras avanzadas». Al despliegue del 'escudo antimisiles' de la OTAN, compuesto por cuatro destructores estadounidenses con base en Rota se ha unido la autorización del Gobierno español a EE UU para duplicar sus efectivos en la base de Morón. Serán hasta 1.100 marines los que constituyan una fuerza de intervención rápida atenta a los movimientos que se producen en África, tanto en el Sahel como en el Magreb, donde crece la amenaza de Al-Qaida.
En este marco, marines norteamericanos destacados en Morón han realizado durante esta semana ejercicios de adiestramiento con el Batallón de Helicópteros de Maniobras, el Bhelma IV, radicado en la base de El Copero, una unidad altamente cualificada que ha desempeñado misiones en Bosnia, Kosovo, Kirguizistán y Afganistán, en colaboración con fuerzas armadas de numerosos países.
No han sido unas maniobras más, sino que han contado con la participación estelar del V22 Osprey, el 'águila pescadora', un aparato de alta tecnología del que solo dispone el ejército norteamericano y que une a las capacidades de una avión convencional las prestaciones de un helicóptero, es decir, que puede despegar y aterrizar en espacios no preparados. Además, se ha realizado en vuelo nocturno y en supuestos de máxima dificultad.
Durante varias horas, el 'Osprey' y un helicóptero 'Súper Puma' del Bhelma IV realizaron aterrizajes conjuntos en espacios de creciente complejidad, en zonas de Aznalcázar y Utrera, en vuelo nocturno y en patrulla, con la máxima compenetración, o «interoperatividad» en el argot militar, entre las dos dotaciones, cuatro militares españoles y cinco estadounidenses.
Con este ejercicio culmina un programa de colaboraciones entre los dos contingentes, que comenzaron con vuelos diurnos e incluyeron maniobras de despegue y aterrizaje de helicópteros españoles en un barco de la Marina estadounidense, el Gusnton Hall, en tránsito por el Estrecho de Gibraltar.
Amenaza terrorista
Las máquinas de guerra se ponen a punto, como han hecho siempre, dispuestos a intervenir con precisión cuando sea necesario, pero esta vez varía el teatro de operaciones. Las principales amenazas son ahora terroristas y vienen de África, en especial del Sahel donde facciones de Al-Qaida pelean por el control de países como Malí y República Centroafricana, y de la inestabilidad en los países del norte, en la ribera mediterránea. El conflicto es ahora con el yihadismo y Estados Unidos, que ha sido objeto de múltiples ataques a sus ciudadanos y representaciones y que optó por retirarse del continente, busca nuevas bases de operaciones seguras con más urgencia desde el asalto a la embajada libia, que costó la vida a su embajador.
Así, el despliegue de la fuerza de intervención rápida ha elegido Morón, tanto por cercanía como porque España es un socio fiable, según fuentes de Defensa, que valoran en especial el aprendizaje que supone para las tropas españolas la colaboración con estos marines, considerados los mejores para actuar en este nuevo tipo de conflicto, como lo demostró la captura de Bin Laden. Este aprendizaje es trasladado luego por los soldados españoles a las tropas que adiestran en los lugares en que están desplegadas, ahora mismo en Malí y en breve también en República Centroafricana, donde se acaba de aprobar un despliegue de 60 militares y 25 guardias civiles.
El problema de defensa no es aquí, sino en África. Es el concepto de «fronteras avanzadas» que manejan los modernos estrategas. No entra en los cálculos geopolíticos una guerra por Crimea, por citar el más reciente conflicto.
Aunque el supuesto no es un ataque yihadista sobre Europa, dicen desde el Ministerio de Defensa español, el problema al que se enfrentan los aliados es el terrorismo islamista. «Andalucía no es la primera frontera contra la Yihad, ni lo es Canarias, la primera es África, donde los grupos de fundamentalistas están activos».
En este sentido, Defensa no prevé cambios significativos en su despliegue, pero tiene diseñada una «reasignación» de efectivos, que prevé reducir a ocho las diez brigadas operativas con que cuenta actualmente, aunque sin cerrar cuarteles ni trasladar contingentes, sino ajustando los estados mayores.