Estrategias para acertar con su inversión en renta fija
Los expertos siguen apostando por la deuda privada de industriales y financieras, aunque le van dejando más hueco a las emisiones autonómicas
MADRID. Actualizado: GuardarLa realidad resulta tozuda y aunque llevemos meses diciendo que la vida de la renta fija en las carteras era corta, las últimas emisiones realizadas -tanto por el Tesoro como por empresas y bancos- han atraído el interés de los inversores. Tal es así que se han sobresuscrito ampliamente, sobre todo por parte de sociedades y fondos extranjeros. Los españoles se quejan de que apenas les han dejado las últimas migajas. Y eso que las rentabilidades no son ya lo que eran. Pero en estas circunstancias, con una inflación en el 0%, hay que tener en cuenta que se empieza a ganar ya con un 1%. Pero no todo vale y por eso les hemos consultado a los expertos qué estrategia sería ahora la correcta.
Empezamos por las últimas emisiones. ¿Qué han hecho los gestores? ¿Las han comprado? Pablo González, de Ábaco Capital, comenta que acudió a las que Grifols y OHL realizaron en los últimos días. Ambas eran a un plazo de ocho años. La primera, en dólares y un cupón del 4,75%. La segunda, en euros, y con una rentabilidad del 5,25%. Le gustan ambas compañías. La primera, porque confía en que vaya reduciendo deuda. La segunda, por su equipo gestor. Ignacio Victoriano, de Renta 4, sí acudió a la de OHL, pero no a la de Grifols, porque no quería añadir riesgo de divisas a su cartera (fue en dólares).
También se preparan emisiones de compañías no cotizadas. Por ejemplo, la de Isolux, respecto a la que Félix López, de Atl Capital, advierte de su calificación crediticia, que es de las más bajas. En relación con la de Audasa (con duración de seis años y una rentabilidad del 4,75%), en cambio, comenta su atractivo fiscal: a los inversores sólo se les retendrá el 1,2% del importe de los intereses, frente al mínimo general del 21% y, además, se podrán deducir en el IRPF el 24% de los intereses.
Las entidades financieras también han sido protagonistas de emisiones de varios tipos. El Santander ha emitido convertibles contingentes y bonos convencionales a tres años. Los primeros, con una rentabilidad del 6,25% anual durante los primeros cinco años. Comenta Victoriano que siguen siendo atractivos, pero Francisco Sainz, de Ahorro Corporación, apunta que tenían más interés las emisiones realizadas por Popular o BBVA con anterioridad. De todas maneras, son sólo aptas para inversores institucionales que saben de verdad analizar el riesgo de las condiciones de conversión. Para inversores más prudentes, están los bonos senior. Los del Santander a tres años, con un interés del 1,375%, rendimiento muy similar al del Estado con esa misma duración.
Pistas para escoger fondos
Sainz apunta que la mejor manera que tiene un inversor minorista de acercarse a la renta fija son los fondos de inversión. Resulta idóneo para contar con una cartera diversificada. Y las pistas que darán los expertos desde ahora ayudarán a escoger.
Sostiene, asimismo, que en este momento hay que aumentar la duración de las carteras: si antes se ganaba un 3% con deuda a dos o tres años, ahora hay que irse hasta los cinco o 10 años. Respecto a los rating, hay que ir a los bajos, a los 'high yield', que ahora lo están haciendo mejor. Y así seguirá ocurriendo, puesto que el dinero está a la caza de la rentabilidad y es en esos activos donde está. Hablando de sectores, le gusta la deuda senior de Popular o Bankia, porque paga más que el Tesoro y otros 'corporates'. Si se opta por nombres más tranquilos, como Telefónica, Repsol o Iberdrola, Sainz opina que siguen en niveles interesantes y que, además, cuando llegue la subida de tipos sufrirán menos que otros emisores europeos.
Victoriano se inclinaría por plazos de entre dos y cuatro años para no incurrir en el riesgo de tipos de interés. Sacrifica así rentabilidad por seguridad. González sí tiene largos plazos: Repsol con vencimiento en 2023, junto a Telefónica en 2026 y 2029, y Ferrovial e Iberdrola a 2024. Tiene más nombres en cartera, como Gas Natural o Endesa. Dice que los mantiene, pero que ahora mismo no los compraría. En algunos casos dan menos que el Estado. Otro consejo: si se puede asumir el riesgo divisa, las emisiones en moneda extranjera pueden tener más recorrido.
La autonómica gana atractivo
David Ardura, de Gesconsult, explica que sólo invierte en bonos de alta calidad crediticia y en largos plazos. Ahora mismo tiene posiciones en Ferrovial, Repsol y Telefónica. Pero comenta que últimamente ha ido reduciendo el peso de la deuda corporativa a favor de la deuda pública. En concreto, de la autonómica, pero sólo de comunidades que no han necesitado hasta ahora ayuda del Estado central. Así, tiene en cartera a Galicia, Navarra, Madrid, País Vasco, Aragón y Castilla y León.
Sí es cierto, como vemos en el gráfico, que las que han pedido apoyo -como Cataluña- dan una rentabilidad mayor, el inversor que sea capaz de aceptar un mayor nivel de riesgo -pequeño, porque se asume que el Estado siempre estará ahí-, puede aprovechar y obtener un mayor rendimiento de su inversión. El inconveniente que le ve Victoriano a las emisiones autonómicas es que tienen vencimientos largos y él prefiere deuda con duración más corta. Pero Sainz cree que tienen potencial, dado el estimable diferencial con el que están saliendo respecto a los mismos plazos del Tesoro.
Madrid emitió una cantidad récord de 1.600 millones de euros en bonos a 10 años con una rentabilidad del 4,125%, lo que suponía entonces un diferencial de 57 puntos básicos respecto a bono de 10 años estatal. Pocos días antes había colocado 1.400 millones a cinco años y una rentabilidad del 2,875%, frente al 2,02% del Tesoro. Y Galicia, 500 millones a tres años y un interés del 1,89% (frente al 1,57% estatal).
El inconveniente, según López, de la deuda autonómica es la menor liquidez. También hay que tener cuidado porque la deuda del Estado, que sigue siendo un gran foco de interés de los inversores, puede darse la vuelta y, con ella, todo lo demás. Pero podrían ser oportunidades de compra. Porque, hablando del diez años, Ardura lo ve entre el 3% y el 3,25% y López, entre el 2,90% y el 3%.