El Greco Doménikos se enseñorea de Toledo
La Reina inaugura la exposición central del 'Año Greco', que acoge 77 pinturas cedidas por grandes museos y colecciones de 11 países Una excepcional muestra reúne lo mejor del genio cretense
TOLEDO. Actualizado: GuardarSi Doménikos Theotokópoulos, el Greco, resucitara en este 2014, experimentaría impresiones contradictorias. Acaso no le agradara que se conmemore -algunos hablan incluso de celebración- un hecho tan luctuoso como el cuarto centenario de su muerte. Pero le placería que Toledo, la ciudad en la que residió durante 37 años, mantenga la misma silueta que él plasmó en su 'Vista de Toledo', óleo que se conserva en el Metropolitan de Nueva York y que hasta el 14 de junio puede contemplarse en el Museo de Santa Cruz, dentro de la exposición primordial del 'Año Greco'. Inaugurada ayer por la reina Sofía, reúne 77 pinturas del genio cretense y resulta de visita obligada en esta conmemoración que gana velocidad de crucero. Comisariada por Frenado Marías, 'El Griego de Toledo' es la mayor muestra, para muchos la definitiva, del pintor en la historia.
La exposición vale de sobra los diez euros que cuesta la entrada, con una brillantísima reunió de piezas estelares procedentes de 29 ciudades de 11 países de todo el mundo cedidas por 45 prestadores. Óleos primordiales del genio cretense como 'San Pedro y San Pablo', del Hermitage de San Petersburgo; 'El soplón', del napolitano Museo di Capodimonte o 'San Martín y el mendigo', de la National Gallery de Washington.
El Greco pisó por primera vez Toledo en 1577. Tenía 36 años. Afrontaba una especie de exilio profesional después de haber sido rechazado por Felipe II para colaborar en la obra decorativa del monasterio de El Escorial. En la ciudad imperial se estableció, logró encargos, se situó en una posición social más que acomodada y hasta encontró el amor. Cuando se cumplen 400 años de su muerte, se enseñorea de la ciudad que rescata su figura y su obra con multitud de actividades y exposiciones que ningún aficionado al arte debe perderse.
La ruta cretense -siempre a pie y con calzado cómodo- por el Toledo que recorrió El Greco es lo más recomendable. Apenas hay que salir del casco histórico para recorrer los lugares relacionados con su vida: la iglesia de Santo Tomé, la Casa-Museo de El Greco, la catedral, la capilla de San José, el antiguo hospital de Tavera y el convento de Santo Domingo el Antiguo. Un recorrido que puede contratarse con empresas de guías turísticos a precios que varían dependiendo del número de lugares que se visitan o bien hacerse por cuenta propia.
Señor antes que conde
La pequeña Iglesia de Santo Tomé -2,5 euros la entrada- es un punto idóneo para la primera cita con el Greco. Y no sólo porque allí se exhiba el famoso lienzo de 'El entierro del señor de Orgaz' -el título de conde lo obtuvo muchos años después un descendiente del protagonista del cuadro- sino porque esta parroquia atesora la partida de defunción del artista. «Doménikos Greco. En siete de abril de mil y seis cientos y catorce años. Falleció Doménikos Greco. No hizo testamento. Recibió los Sacramentos. Enterróse en Santo Domingo el Antiguo. Dio velas». Así de escueto es este documento que acredita la muerte uno de sus parroquianos.
A tiro de piedra de esta iglesia está la casa-museo de El Greco -3 euros la entrada- asentada sobre el solar que ocupó la vivienda del pintor. Otro de los hitos es la catedral, donde desarrolló su genio en varios encargos pictóricos. Habrá que pagar 8 euros para acceder a la sacristía y disfrutar, entre otras obras, 'El Expolio de Cristo'.
A menos de diez minutos a pie está la capilla de San José -Núñez de Arce, 7- de propiedad privada, que este 'Año Greco' abre excepcionalmente sus puertas para mostrar el retablo y las pinturas que el artista realizó a petición de los herederos de un rico comerciante. Entrar a esta capilla cuesta 8 euros pero merece la pena el dispendio, pues sólo abrirá al público hasta el 14 de junio. El resto del año permanece cerrada para exclusivo disfrute de sus dueños y sus afortunados amigos.
Sin salir del casco histórico, la ruta cretense pasa por convento de Santo Domingo el Antiguo, donde el pintor halló su primer encargo toledano. Este convento alberga tres lienzos originales y la tumba del pintor. El último punto de esta ruta es el antiguo hospital de Tavera, frente a la Puerta de Bisagra y otro punto neurálgico del año Greco. Por 3 euros se pueden contemplar pinturas como el 'Retrato del Cardenal Tavera' o el retablo dedicado al Bautismo de Cristo, el último proyecto de el Greco que no culminó ya que el 7 de abril de 1614 le sorprendió la muerte.