El entrenador de fútbol base acusado de abusos, ante el juez

El coordinador de los ojeadores de la cantera del Cádiz Club de Fútbol detenido el martes pasará a disposición judicial a última hora de esta mañana, según la previsión de la Policía Nacional, para que el juez que lleva su caso decide si le pone en libertad, con o sin cargos, o decreta prisión preventiva. Este entrenador, Pedro M. V. de 37 años y con una larga trayectoria en varios equipos de la ciudad, fue detenido en su puesto de trabajo como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales.

Esa acusación se basa en la denuncia de un joven vecino de Chiclana de 21 años, que sostiene que esa persona le agredió sexualmente durante cinco años, de los 7 a los 12, llegando incluso hasta la violación según este testimonio. Los funcionarios han tomado declaración durante toda la jornada de martes y miércoles a otros compañeros, excompañeros y futbolistas que estuvieron a cargo del detenido. Hasta ahora nadie ha respaldado la acusación del único denunciante.

Los hechos que le achacan al denunciado habrían ocurrido hace nueve años cuando era entrenador del Géminis, un equipo de la capital gaditana. Este joven sostiene que los abusos fueron prolongados en el tiempo y se habrían cometidos en distintos escenarios como vestuarios, desplazamientos o en el propio domicilio del detenido.

Hasta ahora, ninguno de los interrogados por los funcionarios judiciales y policiales ha corroborado que hubieran presenciado, sufrido o conocido abusos sexuales. Los investigadores consideran fundamental encontrar a más denunciantes porque el perfil de los pederastas les hace buscar relaciones con más de un menor. Resultaría inusual que sólo las hubiera provocado con uno.

El presunto autor es Pedro M. V. ha sido entrenador del equipo infantil del Cádiz, al que llegó tras dirigir equipos muy conocidos de barrios de la capital, siempre en categorías iniciales. Llegó a ser seleccionador provincial de infantiles para un torneo nacional en 2005 y actualmente ejerce como colaborador remunerado y permanente en el club, al frente de un pequeño equipo de ojeadores de pequeñas promesas.