Blindados con soldados rusos avanzan por una carretera cercana al puerto de Sebastopol, en Crimea. :: BASZ RATNER / REUTERS
MUNDO

Yanukóvich alienta la guerra civil

El expresidente quiere atraer a su lado a militares represaliados en un intento de dividir al Ejército

MOSCÚ. Actualizado: Guardar
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El depuesto presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, reapareció ayer en la ciudad rusa de Rostov del Don para trasladar un mensaje que los analistas consideran «desestabilizador». Yanukóvich reiteró que sigue siendo el jefe del Estado «legítimo» de Ucrania y que, como tal, es el «comandante en jefe de las Fuerzas Armadas». También arremetió contra las nuevas autoridades de Kiev por las «purgas» que estarían llevando a cabo en el seno del Ejército y la Policía.

«Soldados y oficiales no acatarán las órdenes criminales de un Gobierno ilegítimo impuesto por un golpe de Estado», declaró ayer el expresidente ante 120 periodistas en la misma sala de congresos en la que ofreció la rueda de prensa del 28 de febrero. Según sus palabras, el nuevo poder en Kiev «quiere provocar una guerra civil». Llamó «banda de nacionalistas, neofascistas» a los que dirigen el país y les acusó de «proponerse incorporar a las Fuerzas Armadas a extremistas de las formaciones nacionalistas».

Yanukóvich, que huyó de Kiev hacia territorio ruso el 22 de febrero después de firmar un acuerdo con la oposición convertido en pocas horas en papel mojado, afirmó que la matanza perpetrada dos días antes de su fuga contra manifestantes del Maidán fue obra de esos grupos de radicales «que dispararon contra los suyos». «Pronto regresaré a Kiev y los responsables de aquellos crímenes responderán» ante la Justicia, añadió.

Víctor Sokolov, experto del Instituto Gorshenin de Kiev, observa en el discurso del derrocado presidente de Ucrania un intento de «dividir al Ejército ucraniano». No descarta que Yanukóvich trate de crear en torno a sí un «núcleo» de generales represaliados para, con la ayuda de Rusia, lanzar una «acción de fuerza» contra el poder en Kiev.

Sokolov recuerda que Moscú suele utilizar a sus tropas con otros uniformes, como en Abjasia, o sin distintivos, como ahora en Crimea y, por tanto, nunca se puede excluir que pudiera hacer pasar a sus militares por soldados ucranianos. «Tenemos informaciones de intentos de adquirir uniformes del Ejército ucraniano».

Descubrir el engaño

El politólogo del Gorshenin, no obstante, considera «poco probable» que una operación de tal calado pueda llegar a tener éxito. «Se descubriría el engaño», sostiene Sokolov. Lo cierto es que en Crimea todo el mundo ha constatado que el grueso de los llamados «grupos de autodefensa» son paracaidistas rusos y no por eso el presidente Putin ha dejado de negar que sean sus soldados.

Yanukóvich dijo ayer nada más comenzar su alocución de nueve minutos: «Estoy vivo». Y es que en los últimos días se había difundido el rumor de que había fallecido por un infarto. Según su opinión, las elecciones presidenciales convocadas en Ucrania para el 25 de mayo «son ilegales porque tendrán lugar bajo el total control de los extremistas».

El expresidente vaticinó un empeoramiento de la situación económica y anunció que se dirigirá a la Cámara de Representantes, al Senado y al Tribunal Supremo de Estados Unidos para que se pronuncien sobre la decisión del Gobierno norteamericano de conceder una ayuda financiera por valor de 1.000 millones de dólares -720 millones de euros- a las autoridades de Kiev. Aseguró que, según las leyes estadounidenses, el Gobierno «no tiene derecho a asignar dinero a delincuentes que han llegado al poder mediante un golpe de Estado».

En relación con Crimea, el presidente huido se limitó a decir que «se está desgajando» de Ucrania por culpa del Gobierno de Kiev. No comentó nada sobre la presencia en la península de tropas rusas sin distintivos, ni tampoco sobre la celebración del referéndum del próximo domingo para la incorporación del territorio a Rusia. Al terminar su intervención tampoco quiso responder a las preguntas de los 120 reporteros congregados.