Una mujer sigue en Simferopol la comparecencia de Yanukóvich. :: ARTUR SHVARTS / EFE
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Rusia aísla Crimea para el referéndum

El Parlamento regional aprueba una declaración de independencia a imagen de Kosovo, como paso previo a la consulta del domingo

SIMFEROPOL. Actualizado: Guardar
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A medida que se acerca la fecha del referéndum de desanexión de Ucrania aumenta la presencia militar rusa en Crimea, que avanza de la mano de unas autoridades regionales que cumplieron el trámite de aprobar una declaración de independencia en el Parlamento. Las tropas del país vecino controlan la situación por tierra, mar y aire y cuentan con «unos 18.000 soldados» desplegados, según el Ministerio de Defensa ucraniano. Desde hace 48 horas están presentes también en Chongar, localidad de la provincia de Jersón justo al otro lado de lo que se puede considerar la 'frontera' entre Crimea y el resto de Ucrania.

Yuri Odrachenko, miembro de la Administración de la provincia de Jersón, denunció en declaraciones a los medios ucranianos que «las tropas rusas han tomado varias propiedades privadas, incluyendo un hotel». Esto supone un paso más allá de la península que persigue blindar la frontera antes de la cita con las urnas y que viene acompañado por la limitación de vuelos al aeropuerto internacional de Simferopol, en el que durante las últimas 24 horas sólo operaro vuelos hacia y desde Moscú. El resto de aviones comerciales tuvieron que darse la vuelta ante la negativa de la torre de control a autorizar el aterrizaje.

El despliegue militar se complementa con medidas políticas. Por eso el Parlamento regional cumplió con el trámite previo a la consulta de aprobar una declaración de independencia. Pese a que en el referéndum del domingo se preguntará a los ciudadanos si quieren formar parte de Rusia o seguir en Ucrania con mayor autonomía, las autoridades locales ya tienen claro el resultado. «La vuelta de Crimea a Ucrania es imposible. Al aprobar la declaración, nos hemos convertido en una república, y como tal entraremos a formar parte de Rusia», explicó el presidente de la Cámara crimea, Vladímir Konstantínov.

La declaración de independencia, aprobada con los votos de 78 de los 100 diputados, «es un documento necesario» para la formalización jurídica de la futura integración en Rusia y «para que el proceso de ingreso se reconozca como legítimo», precisó Konstantínov, que puso sobre la mesa el ejemplo de Kosovo, que proclamó su independencia de Serbia a pesar de la negativa de Belgrado. El texto aprobado en Simferopol apela a la «confirmación del tribunal internacional de la ONU en relación a Kosovo, del 22 de julio de 2010, acerca de que la declaración unilateral de la independencia de una parte de un Estado no viola las normas del derecho internacional», según recoge textualmente.

La sensación de aislamiento en la península crece con el paso de los días y muchos ciudadanos que aprovecharon el fin de semana de tres días -Ucrania trasladó la festividad del Día de la Mujer al lunes- para visitar sus hogares en el continente se encontraron con una auténtica frontera en manos rusas a su regreso a Crimea. La presencia rusa en Chongar persigue completar el control de las dos carreteras de acceso a la península, la otra discurre por Armiansk y está también bajo supervisión de Moscú.

«Da miedo»

Katia Andreieva es estudiante de la Universidad de Simferopol y tuvo que superar un control de «gente con uniforme verde y capucha» en Chongar a su regreso de Berdansk, en el este de Ucrania. Esta joven asegura que «hay rusos en los controles junto a miembros del Bérkut (fuerzas especiales ucranianas ilegalizadas por las nuevas autoridades de Kiev). Suben a los autobuses fusil en mano, preguntan a cada pasajero el motivo del viaje y si están o no a favor de la anexión a Rusia. Da miedo». Ante la insistencia del Kremlim en negar el despliegue de efectivos en Crimea, los ciudadanos de la península bromean y llaman a las fuerzas rusas «los hombres de verde» por la falta de distintivos.

Moscú se apresuró a aplaudir la declaración de independencia y, como ha hecho desde el comienzo de la crisis, subrayó que «respetará completamente la opinión de los pueblos de Crimea expresada en el referéndum». Todo lo contrario que el Gobierno de Kiev, cuyo primer ministro, Arseni Yatseniuk, calificó de «grupo de delincuentes» a las autoridades de Crimea e insistió en que el resultado de la consulta no será reconocido por la comunidad internacional.

«Es un teatro, el resultado de la votación está claro de antemano. El futuro de Crimea lo deciden detrás del telón, los ciudadanos no pintamos gran cosa», opina Kiril Stankevic, estudiante de Políticas. Kiril se presenta como «partidario de Rusia, pero más por desacuerdo con el nuevo Gobierno de Kiev que por la nostalgia de la URSS que profesan los mayores aquí». La hoja de ruta marcada por Moscú está clara y tras la aprobación del texto independentista, el domingo se celebrará la votación para ratificarlo y a finales de mes la Duma tendrá que dar una respuesta a la solicitud de Crimea.