La crisis socialista en Navarra se cobra su primera dimisión

La crisis abierta en el socialismo navarro a raiz de la discrepancia entre la ejecutiva regional y la dirección federal del partido sobre la legitimidad de los votos de Bildu en una moción de censura contra la presidenta Yolanda Barcina ya tiene consecuencias visibles. Susana Pérez, concejal de Cascante, presentó ayer su dimisión como miembro de la cúpula del PSN y, en la federación, no se descarta que otros sigan sus pasos.

Pérez justificó su marcha en su rechazo al veto contra la moción impuesto por Ferraz, y acatado el jueves por el Comité Regional de su formación en una votación reñida (80 a favor, 45 abstenciones y siete en contra). Un veto que calificó a Efe de «puñalada en la espalda», que ha dejado la credibilidad del PSN «a la altura del barro».

La dimisionaria también aseguró que de haber sido secretaria general del partido, como Roberto Jiménez, habría renunciado al cargo de manera inmediata en el mismo momento en el que la ejecutiva federal le prohibió llevar a cabo un plan al que ya se había comprometido públicamente.

Jiménez, que el pasado viernes admitió haberse planteado la dimisión, remitió este lunes una carta a los afiliados del partido en el que trata de explicar tanto lo ocurrido como lo que pretende hacer a continuación. «Os reafirmo mi compromiso personal, el del conjunto de la dirección regional, y del PSN por la consecución del cambio progresista en Navarra», dice. Además recuerda que se celebrará una Conferencia Política para que todos, afiliados y simpatizantes, puedan debatir sobre sus objetivos.

Es probable, y así lo admiten en el PSOE, que con ese gesto no baste. Pero lo cierto es que Jiménez tendrá que salir solo del atolladero. El secretario de Organización del partido, Óscar López, dio por cerrada la crisis en lo que la dirección federal respecta. Ahora, dijo, es Yolanda Barcina la que debe decidir qué hace. A su juicio, lo adecuado sería adelantar elecciones.