Una escuadra condenada

El Sanluqueño ya poco tiene que perder. Se encuentra con pie y medio en Tercera, a ocho puntos de la promoción y con nueve jornadas por delante. Sólo un milagro, de esos que algunas veces ocurren en el fútbol, puede salvar a los verdiblancas.

Aún así, piensa morir luchando. Ayer le complicaba seriamente el partido al Cartagena, por números el tercer mejor equipo de la categoría. Aguantó como pudo el arreón inicial de los albinegros, que merecían el tanto con diez minutos vertiginosos, y poco a poco utilizó sus armas para hacerse con el partido. Duro como siempre, con el delantero Fernando en el punto de mira de la zaga verdiblanca, los visitantes aprovecharon el desconcierto local. Tras un zapatazo de Poley mal despejado por Limones, llegó un error de Zurdo, quien le dejó la pelota franca para marcar a Peral. El derechazo del delantero visitante pilló desprevenido a Limones.

Para desgracia del Sanluqueño, el gaditano Zurdo enmendaba rápidamente su error con un bellísimo gol de libre directo. Antes del descanso, Segura y el propio Zurdo disponían de sendas ocasiones para remontar el choque.

Había que esperar a la segunda mitad. La dinámica advertía que el tanto cartagenero estaba al llegar. Lo anotaba Carlos David con la cabeza tras un choque entre Megías y Facundo. Antes del cuarto gol consecutivo de este futbolista, el árbitro echaba al visitante Beñat por una alevosa patada a Antoñito en el centro del campo.

El Cartagena cumplía su objetivo, pero no sentenciaba y daba vida al Sanluqueño. En los últimos instantes, un centro chut de Poley estuvo a punto de darle un disgusto a Limones. Pero tampoco esta vez iban a tener suerte los gaditanos, cada vez con menos futuro en esta categoría.