
La misteriosa desaparición del vuelo MH370
Varios países participan en la búsqueda del avión de Malaysia Airlines que se ha desvanecido sobre el Golfo de Tailandia con 239 personas a bordo
SHANGHÁI. Actualizado: GuardarTodo parecía en orden: el Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines despegó del aeropuerto internacional de Kuala Lumpur en la madrugada de ayer según lo previsto, ascendió hasta su altitud de crucero de 35.000 pies como debía, y comenzó a sobrevolar con buenas condiciones meteorológicas el Golfo de Tailandia en ruta hacia Pekín. Entonces, a las 02.40 horas, súbitamente el vuelo MH370 desapareció del radar. La aerolínea asegura que no recibió ninguna señal de SOS, y que no hay indicios de problema alguno. El avión, sencillamente, se desvaneció sin dejar rastro con 227 pasajeros de 14 nacionalidades diferentes -153 chinos y ningún español- y 12 tripulantes malasios a bordo.
Y todavía no se sabe dónde está el aparato. Después de una gran confusión sobre su posible aterrizaje de emergencia en un aeropuerto vietnamita y de las declaraciones de un oficial de la Marina de ese país que dijo que el Boeing «podría haber caído al mar a unos 200 kilómetros de la isla de Tho Chu», tanto la aerolínea como el primer ministro de Malasia, Najib Razak, reconocieron que sólo se puede confirmar la posición desde la que el comandante, un hombre de 53 años con más de 18.000 horas de vuelo a los mandos, se comunicó por última vez con el control en tierra. Y el problema es que, si cayó cerca de ese punto, la búsqueda se tendrá que hacer sobre una superficie de 11.000 kilómetros cuadrados de mar.
De momento, ayer varios países asiáticos comenzaron a rastrear el lugar con medios aéreos -casi una veintena de aviones y helicópteros que volverán a trabajar cuando salga hoy el sol- y navales -una docena de barcos de Malasia, Vietnam, Filipinas y China-. «Buscaremos todo el tiempo que sea necesario y utilizaremos todos los medios a nuestro alcance», aseguró Razak desde la capital malasia, donde a la noche llegaron noticias de dos manchas de aceite cerca de la costa de Vietnam.
Quejas entre los allegados
En Pekín, sin embargo, la falta de información y la avalancha de rumores encendieron los ánimos de familiares y amigos de los pasajeros, reubicados en 200 habitaciones de un hotel cercano, dolidos por la incertidumbre, y acosados por la prensa china que buscaba sus declaraciones.
Si se confirma el accidente, sería una de las peores catástrofes aéreas de la historia, muy similar en su desarrollo a la del Airbus A-330 de Air France que se desplomó en 2009 sobre el Atlántico cuando volaba con rumbo a París. Y las incógnitas van mucho más allá de su localización. Porque el avión desaparecido es muy fiable -anteriormente sólo ha sufrido un accidente con muertos-, fue fabricado hace 11,8 años, y está operado por una aerolínea de calidad -Malaysia Airlines pertenece a One World, la alianza en la que también está Iberia, y es de las pocas que están distinguidas con las 5 estrellas de Skytrax- que goza de un excelente historial de seguridad en el que no hay víctimas mortales desde 1995. De hecho, aunque la compañía está en crisis y perdió 250 millones de euros el año pasado, personal de tierra consultado por este periódico asegura que sigue manteniendo los más estrictos controles de seguridad.
Todo esto, sumado al hecho de que no se emitió ninguna alerta a pesar de volar a la altura máxima -la mayoría de los accidentes se producen en las maniobras de despegue y de aterrizaje-, dio ayer alas a quienes creen que el MH370 ha podido ser víctima de un atentado terrorista. De hecho, en la red social Weibo circularon rumores por la mañana sobre la presencia a bordo de un uigur cuyo nombre el Gobierno habría difuminado en el listado de pasajeros. Finalmente, se confirmó que su identidad aparecía claramente en el manifiesto de vuelo y que se trataba de uno de los 24 artistas chinos que volaban en el Boeing 777.
Otra de las incógnitas surrealistas que está todavía sin respuesta es cómo el único italiano que teóricamente iba a bordo, Luigi Maraldi, está sano y salvo y habló ayer con su padre desde Tailandia. Al parecer, su pasaporte había sido robado y alguien subió al avión suplantando su identidad.