Mariano Rajoy y Angela Merkel, durante la reunión del PPE. :: JUANJO MARTÍN / EFE
ESPAÑA

Rajoy reclama al PP Europeo que defienda la integridad de los estados nacionales

El presidente del Gobierno se decanta por Juncker, el candidato de Merkel, para presidir la Comisión Europea

DUBLÍN. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy abandonó Dublín con un botín inesperado. El presidente del Gobierno logró que el programa electoral del Partido Popular Europeo (PPE) aprobado ayer incluya una mención específica contra los movimientos secesionistas que pretenden dividir países de manera unilateral. No se menciona a nadie, ni a Crimea ni Escocia ni Cataluña, pero el jefe del Ejecutivo tenía en mente el pulso soberanista de CiU y Esquerra.

Rajoy, durante su intervención ante el plenario, reclamó a los once primeros ministros y presidentes europeos presentes en el cónclave que defiendan «la integridad de los estados nacionales» porque «la unidad y la libertad» forman parte del ideario del movimiento de la derecha europea. El presidente, fiel a su estilo, eludió referirse de manera directa a Cataluña ni recurrió a los arrgumentos que repite en España contra la consulta separatista. No le hizo falta. La ucraniana Yulia Tymoshenko se convirtió en la mejor aliada de las tesis de Rajoy. La opositora, una de las estrellas del cónclave popular, solicitó ayuda a la Unión Europea para que evite que Crimea lleve a cabo un referéndum de autodeterminación «contrario a la Constitución, que impide que un territorio pueda decidir sobre el conjunto de la soberanía nacional». Este mismo argumento, expuesto por Tymoshenko en relación a Ucrania, es el que esgrimió Rajoy en el Debate sobre el estado de la Nación para sintetizar su posición ante la consulta prevista por la Generalitat para el 9 de noviembre.

La letra de la resolución final es española. Bajo el epígrafe 'Crear una Europa mejor para todos los ciudadanos', el manifiesto del PPE denuncia que los partidos políticos que «abogan por la separación y la división debilitarán nuestros países, economías y las relaciones con los demás». Se trata, en formato más amplio, del 'juntos sumanos' que el PP de Cataluña convirtió en su lema en el último congreso regional. El PPE añade que los países de la UE sólo podrán afrontar los retos de la actual crisis si permanecen unidos y no intentan progresar de manera aislada. «O nos fortalecemos conjuntamente o nos debilitamos de manera separada», concluye este punto del programa popular que coincide, tanto en la forma como en el fondo, con la respuesta que Rajoy lleva meses dando a Artur Mas. Lo curioso es que, una vez más, Unión Democrática de Cataluña, el socio menor de CiU, votó a favor de este programa, «como hemos hecho tradicionalmente», justificaba un eurodiputado de la formación que lidera Josep Antoni Duran Lleida.

«Nosotros no podemos comparar nuestro problema doméstico con algo tan grave como la situación en Crimea, pero está claro que la visión de Ucrania ha puesto en alerta a todos y endurece su rechazo a los independentistas catalanes», explicó un miembro de la delegación española. En Madrid, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría compartió la tesis de que Cataluña y Crimea tienen «poco que ver», pero tienen en común que en ambos casos las decisiones han de «adoptarse de acuerdo con las constituciones de cada uno de los estados».

Cambio de cromos

Más allá de las tensiones territoriales, el PP enfocó la reunión de la capital de Irlanda como si se tratara de un juego de intercambio de cromos. Rajoy, pese a sus reticencias iniciales, optó por votar al ex primer ministro de Luxemburgo Jean-Claude Juncker como candidato del Partido Popular Europeo (PPE) a presidir la Comisión Europea. Juncker era el candidato de Angela Merkel, que no quería al frente de la Comisión al francés Michel Barnier. La delegación española, la tercera más numerosa del cónclave, espera que este apoyo tenga su recompensa en junio, cuando se decidan los comisarios europeos.

Rajoy quiere a un español al frente de una cartera importante como la de Asuntos Económicos o la de Agricultura y, además, la Presidencia del Eurogrupo. Pese a todo el optimismo que rezumaban los responsables del PP, Rajoy, con su habitual ambigüedad, respondió con un simple «ya veremos» cuando se le preguntó si España obtendrá sillones de peso en la Comisión Europea.

Pero todo este movimiento de fichas puede quedar en nada si no se da una premisa previa, la victoria del PPE en los comicios de mayo. Si vencen los socialistas, la opinión de Merkel y del resto de líderes conservadores quedará en segundo plano y serán las fuerzas socialdemócratas las que impongan su criterio.

Pese a esta incógnita, lo cierto es que el congreso de Dublín acerca aún más a Miguel Arias Cañete a la candidatura del PP al Parlamento Europeo. Rajoy no dio el paso en la capital irlandesa y, según fuentes del partido, tal vez tampoco lo haga el lunes en el comité ejecutivo nacional del PP. Puede que mantenga el suspense unos días, aunque la fecha máxima que permite esta convocatoria electoral es el 12 de abril. A Rajoy le cuesta desprenderse de su ministro de Agricultura. Cañete, además, es uno de sus más fieles colaboradores que siempre ha estado a su lado en los momentos duros, como en las derrotas de 2004 y 2008.

Otros dirigentes populares, sin embargo, expresan en privado su malestar ante este «incomprensible» retraso. Recuerdan que el PSOE lleva varias semanas de ventaja en las que Elena Valenciano ha cobrado protagonismo. Todo ello, en un contexto adverso ya que las encuestas señalan que, aunque por poco, el PP puede perder el 25 de mayo.